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Tal que un día como este...

...solo que hace una porrada de años, nos enteramos de repente de que en Portugal había caído la dictadura, gracias a la revolución incruenta de algunos militares con todo el apoyo de la gente. Había pasado un año de aquello, y aquí seguíamos con la msima caspa y la misma mierda (por decirlo finamente) de dictadura, que no íbamos a tener tanta suerte como los vecinos portugueses y todo el mundo daba por sentado que habría que esperar a que la diñara el Momia, (o su Excremencia el Funeralísimo, como también se le conocía en algunos cículos) que ya había estado muy malito el verano pasado, pero daba toda la sensación de que la cosa iba para largo. Así que durante aquel año, aumentaron de forma generalizada las ganas de que la palmara de una puñetera vez (y el que diga lo contrario o es tonto o es facha, o las dos cosas a la vez, que también pudiera ser, oyes, que hay gente que no se priva de nada) como aumentaron de forma muy sospechosa los viajes al vecino país de jóvenes que querían disfrutar por primera vez en su propia piel de la libertad que aquí no teníamos, más allá de un viaje ocasional a Londres o a Amsterdam que, la verdad, habían hecho muy pocos (nosotros no, por ejemplo).

Y empezó a difundirde un rumor de que si eras joven, te marchabas de viaje a Portugal y llevabas determinada pinta (la que, por otra parte, llevaban todos los que no eran pijos) la Guardía Cerril (que es como les llamábamos algunos por aquel entonces a los aceitunos, más conocidos también como picoletos) te iba a fichar en la frontera y ya serías eternamente sospechoso de hacer cosas pero que muy malas y te podía pasar entoavía algo peor. ¡Yavestruz!, como si no estuviéramos todos más que fichados y vigilados permanentemente en aquella especie de campo de concentración que era este país. ¿Algo peor?, como no nos obligaran a escuchar copla todo el rato... En la uni estaban, por ejemplo, los de la político-social (la brigada), que se hacían pasar por estudiantes, pero no colaba porque apestaban desde lejos a pasma de puro torpes que eran. Y también había informadores civiles, o chotas, como aquel que paraba en el Par-Dos y se nos acercaba disimuladamente cada vez que nos reuníamos, y nosotros le bacilábamos siseando cosas ininteligibles (vaya palabro este también) para que azuzara bien la oreja y el muy capullo, claro está, no se enteraba de nada. Teníamos un amigo cuyo padre era comisario de Policia y una vez nos dijo que todos, absolutamente todos, aunque aún no habíamos hecho nada, estábamos ya fichados y éramos sospechosos. ¡Como para no ir a Portugal!.

Viejos tiempos

La Oda en R m fue una de nuestras primeras composiciones serias como grupo de rock progresivo (o undreground, como se decía allá por 1969) de barrio periférico madrileño. A pesar de su simplicidad nos sigue pareciendo un buen tema, razón por la cual nos hemos decidido a recrearla, ya que no se conserva ninguna grabación nuestra tan antigua (¡hay que joderse!, que la grabamos varias veces en los casetes de entonces y hasta una en un magnetofón de bobina del padre de Juanjo, pero se han perdido o borrado todas las cintas, o ambas cosas a la vez). Así que la hemos recreado, intentando mantenernos lo más fieles posibles, por medios digitales de los de ahora (que si los hubiéramos tenido entonces otro gallo hubiera cantado, y no es una alusión al vocalista, como se le decía también entonces, que el pobre hacía lo que podía).

El tema era instrumental, como ahora, pero mucho más largo, con solos de bajo de Rulo, de guitarra de Quique y de batería de Salva. Como no había forma de realizar ahora esos solos, sencillamente los hemos suprimido y nos hemos quedado tan frescos (total, tampoco se podía hacer otra cosa), así que a echarle imaginación tocan. Podéis escuchar el engendro que ha salido aquí abajo, en el mini player (no ha habido forma de hacerlo más grande, oyes) que hemos puesto y también la hemos subido a nuestra página de ReverbNatión.



Quantcast

Si, ya sabemos que no es gran cosa (por ejemplo no teníamos un saxo, ni sabíamos tocarlo y lo hacíamos con el teclado), pero sirve para hacerse una idea ¿no?. Y a los que ya la conocíais seguro que os trae algún recuerdo de aquellos tiempos y ojalá que sea bueno.

Y hablando de héroes...

Como todos, de peques habíamos matado el aburrimiento (si es que se puede matar, que no está calro, que cuando menos te lo esperas, ¡zas!, va y aparece otra vez y eso que creías que estaba muerto y bien muerto), sobre todo los domingos, en Semana Santa, etc, a base de tebeos (que por aquella época aún no se decía lo de "comic", que eso vino después), los que te comprabas, que eran pocos, y los que pillabas cambiando los que ya habías leído en la tienda que había debajo de casa.por unas pocas perras. Y había tebeos de risa y tebeos de héroes. Y luego llegarían los de los héroes americanos esos, que tenían superpoderes y hacían unas cosas rarísimas (pero así, con superpoderes, no vale, que así cualquiera es héroe, no te digo, que lo suyo está en currárselo como los héroes de los tebeos de aquí, que le echaban un par de narices sin ninguna otra ayudita que no fueran sus músculos y su preclara moyera), pero que no nos molaban mucho la verdad, el Superman, el Batman, el Spiderman, la Patrulla X y demás, que nosotros éramos como más autóctonos, que nos tiraban más los héroes de casa.

Bueno, no todos que también había por aquí algunos que eran para darles de comer aparte, como Roberto Alcazar y Pedrín, que para mi que eran fachas lo que pasa es que entonces o no se sabía o no se podía decir. O el Guerreo del Antifaz, que se pasaba todo el día matando moros (que entonces no se decía árabe sino "moro", que parece que tenía fijación el tío y ni que todos los moros hubieran sido unos canallas y los cristianos unos benditos que de todo tuvo que haber  en unos y en otros como viene siendo lo normal). Ya puestos, molaba más el Capitán Trueno, que fue el primer español que se ligó un sueca que por aquel entonces venía a ser una hazaña tremenda y no había españolito que no soñara con liarse una, y además viajaba en un globo que había inventado un mago amigo suyo. O el Javato, que venía a ser lo mismo, solo que cuando los romanos, que también eran muy chungos, a pesar de que nos dejaron el idioma, las leyes, los acueductos, las termas, las calzadas, en fín... , que se yo cuantas cosas más.



Pero eso eran cosas de peques, que nosostros ya habíamos pegado el estirón hacía unos añitos y ahora nos iban más otro tipo de lecturas de divertimento, como Asterix y Obelix, que anda que no nos hemos reído con ellos, cada vez que pillábamos un album nuevo (que a estos no se les puede llamar tebeos y no nos da la gana de llamarlos comics, que es un palabro que ha venido del otro lado del charco y no nos acaba de sonar bien). Y bien pensado, estos también eran unos héroes a su manera, pero de forma mucho más divertida, que si no había romanos de por medio a los que zurrar se pasaban el tiempo comiendo y peleándose entre ellos por un ¡quítame allá esas pajas!. Bien pensado, eran nuestro héroes favoritos, unos que en vez de hacerte morir de miedo te hacían morir de risa, que ya estaba el mundo bastante escoñado y chungo como para andarse con más desvelos y preocupaciones. Risa, más risa por favor, y déjate de muermos.

El juglar en la galeria

Otro de los discazos de Jetro Tull, que salió por aquella época, fue "Minstrel in the Gallery", con resonancias de música celta y medieval y un sonido realmente contundente. ¡Una gozada! que se escuchaba de principio a fin (también era un album conceptual como Thik as a brick o A Passion Play, este mucho más barroco) sin apenas pestañear, y con una portada de lo más fardona.



Como nos gustaba mogollón lo oíamos a troche y moche y no hay que olvidar que Jethro Tull era una de nuestras bandas de rock progresivo favorita desde siempre de los jamases.



Pues eso, a disfrutar con el juglar en la galería (que sobran las palabras).

No queremos ser héroes

Desde pequeñitos nos habían enseñado, primero en la escuela y luego en el colegio, el comportamiento heróico que había caracterizado, desde siempre, a los ancestros de este pueblo viril, orgulloso y altivo que éramos los españoles. Y había mogollón de ejemplos que citar (y que, por supuesto nos citaban una y otra vez para inculcarnos el conocimiento de tan heróicos orígenes, no se nos fuera a olvidar por un casual). Los esforzados y heróicos iberos que habían preferido morir en Sagunto antes de rendirse a la canallesca cartaginesa que los asediaba. Los rudos y no menos heróicos celtiberos defensores de Numancia. El gran cuadillo y héroe lusitano Viriato, que solo sucumbió a la traición de los suyos. El Cid Campeador, que ganaba batallas incluso de fiambre, tal era el pavor que infundía en sus enemigos. Güzman el Bueno, que prefirió que la soldadesca morisca (con perdón y sin mal rollito, ¿eh?, a ver si vamos a tener un conflicto de esos de civilizaciones) apiolara a su hijo (la pobre criatura) con su propio cuchillo antes que rendir la fortaleza que tenía a su cargo. Y muchós más que nos ahorramos porque la lista sería demasiado larga, casi interminable y un peñazo. Todos habían sido unos héroes de tomo y lomo, como los defensores del Alcazar de Toledo frente a las ordas de los rojos matacuras y comeniños. Pues muy bien, ¡que les aproveche!, que no teníamos la menor gana de parecernos a ellos y es que no queríamos ser héroes.

¡Que no queremos ser héroes!, oyes, ¿te enteras?, que es muy cansado además de peligroso y es que a pesar de nuestra insconciencia juvenil le teniamos bastante apego al pellejo. Que por lo visto, todos los héroes de aquí tenían por costumbre acabar mal, pero que muy mal, que en eso no se parecían a los héroes clásicos, como Hércules, por poner un ejemplo, que aunque las pasara canutas con los dichosos trabajos terminó de semidios el tío, lo que, además de lo que se farda, le proporcionaba un enchufe dabuti para vivir para siempre en los Campos Elíseos, o en las Islas de los Afortunados, si es que era más de playa, dándole todo el día al nectar y la ambrosia (no confudir con la Ambrosia, que era la cuñada del Nemesio, el primo del Eladio y sobrino de Rufino el tartaja) la bebida y la comida de los dioses y por todo el careto. A mesa y mantel sin soltar un ochavo y con las ninfas (que estaban de muy buen ver) haciéndoles carantoñas. ¡Así cualquiera se hace héroe!. Que a los héroes clásicos al final se les promocionaba, lo que venía a compesar a la larga todas sus fatigas y desvelos, por muchos y terribles que fueran, mientras que a los de aquí, a los de aquí se los hacía picadillo eso si no decidían ellos antes ahorrarles el trabajo e inmolarse vivos (que inmolarse muertos no tiene ningún séntido y además resulta muy complicado), prendiéndose fuego (con lo que duele) o clavándose grandes espadones en la barriga (que también duele lo suyo). No, si heróico, ya sería, ya, pero también era una tontería. Así que nada de héroes. Con rockeros de barrio periférico nos conformábamos

Rock progresivo italiano

Como habíamos prometido tiempo atrás, ya era hora de que habláramos del más conocido de los grupos italianos de rock progresivo. Premiata Forneria Marconi había sacado su album "Photos of Ghost", en realidad la versión inglesa de su anterior "Per un amico" en 1973 y pronto se convirtió en uno de nuestros discos favoritos. Se trataba de una obra conceptual y uno de sus temas, "Celebratión" llegó a a hacerse bastante famoso, sonando incluso en las emisoras comerciales de radio de la época.



Luego, en 1974 salió otra album suyo, "The World Became the World", versión en inglés también de su anterior LP "L'isola di niente", y al poco tiempo otro grabado en directo durante una gira por los Estados Unidos. También se incorporaron a nuestro repertorio de discos que escuchábamos con frecuencia. Hasta entonces lo único que conocíamos de Italia que mereciera la pena eran los New Trolls y su "Concerto Grosso", de los que ya hemos hablado aquí. Pero este grupazo que era la Premiata no tenía nada que envidiarles a bandas como Emerson, Lake & Palmer, Pink Floyd o Jethro Tull.




Aquí os dejamos el vídeo del que fue su tema más conocido por aquí, y que tiene una marcha que no veas, aunque en el YouTube hay muchos más (pero no nos cabían, jeje).

Cuerno de cabra (con perdón)

Una tarde fuimos (aunque ya no me acuerdo muy bién quienes, pero me parece que estaban Juan y el Bola y no se si Emeterio y Rulo también) al cine Rosales a ver una peli de esas de arte y ensayo (anda que no me habré tragado bodrios por aquellos años con el dichoso cine "progre" de las narices) que llevaba más de dos años en cartel, lo cual en principio prometía y que estaba en sus últimas semanas de exposición (¡ahora o nunca, tronco!). Se trataba de una película búlgara (ya era para haberse mosqueado), por supuesto en V.O. con subtitulos y se llamaba "Cuerno de Cabra" (con perdón, pero es que se llamaba así, como suena, lo que nos hace sospechar que en búlgaro no debe sonar tan mal). Todos los que la habían visto decían que era muy buena, un peliculón que no veas y que no podíamos perdérnosla y cosas por el estilo. Asi que, nada, que nos fuimos para allá (el cine Rosales estaba en el barrio de Argüelles que yo conocía bien porque está cerca de la uni) tan campantes con el fín de visionar (como se dice ahora, que antes se decía "ver", que es más corto y viene a significar lo mismo, oyes) semejante maravilla del séptimo arte.




La película en cuestión (filmada en blanco y negro como mandaban los cánones, también "Ciudadano Kane" y "Casablanca", pero nada que ver con ésta) resultó ser más lenta que el expreso Madrid-Cádiz y el caballo del malo juntos y era la historia, allá por el siglo XVII, de un pastor que en las montañas de Bulgaria educa a su hija como a un hombre para que, llegado el momento (que no llegaba nunca) vengara el asesinato de su madre (la mujer del pastor) a manos de unos forajidos turcos de lo más chungo (lo que, para empezar dice mucho de la falta de redaños del susodicho progenitor que ya se podía haber vengado el solito sin meter a su hija en semejante embolado). Era desesperante su falta de ritmo (¡ojo!, que no estoy defendiendo las comedietas yankis para adolescentes descerebrados ni las infectas pelis de destape de aquí) y lo deslabazado del argumento (si es que tenía, que sería cosa de discutirlo). Pero aguantamos hasta el final como unos jabatos (que no se diga) y una vez concluida (que parecía que no se iba a acabar nunca) hubo disparidad de opiniones. A Juan y el Bola creo recordar que les gustó, aunque tampoco lanzaban cohetes de alegría, mientras que a mi me pareció un pestiño tremendo. Como soy consciente de que a muchos cinéfilos les seguirá pareciendo una obra maestra (como he oído decir más de una vez) pido disculpas si he ofendido a alguien y expreso mi derecho a discrepar (ya que por lo menos al salir del cine no pedí que me devolviern el dinero de la entrada, aunque ganas me dieron).

No es más que rock`n roll

Nunca comprendimos muy bien el rechazo de muchas personas, incluidos muchos jóvenes y jóvenas (esto del lenguaje políticamente correcto es una chorrada y creo que no lo vamos a usar más, o por lo menos solo en depende que casos) hacia nuestros gustos y preferencias músicales. Claro que por aquel entonces éramos una minoría los seguidores del rock progresivo y del rock sinfónico en este país (ahora resulta que todo el mundo estuvo en el ajo y eran muy enrollaos y estaban muy al loro de las nuevas corrientes musicales que nos llegaban de fuera y por lo que se ve también eran muy jipis, unos jipis de tomo y lomo, si, si, muy jipis pero debían estar muy escondidos porque no veíamos tantos por ningún lado). ¡No es más que rock`n roll!, oyes, lo que pasa es que ha evolucionado un güevo (como todo, y la música no es una excepción, que también evoluciona ¿sabes?) y ya no suena como sonaban los grupos de los años cincuenta. Que evolucionar esta bien, que no tiene nada de malo, que si no hubiera evolucionado nada de nada de nada aún estaríamos dentro de una cueva atizándole a un madero con un meño (¡anda, ¡mira!, si creo que acabamos de descubir la música). No, no suena igual que el de los años cincuenta ¿y que?. No es más que rock`n roll. Ahí precisamente está lo bueno, en la increíble capacidad de evolución de esta música.

En opinión de much@s (¡que chollo lo de la arroba!, así no hay que estar repitiendo la palabra en ambos géneros) los grupos o bandas de rock progresivo y sinfónico metían demasido ruido. ¿Como ruido?, ¿donde narices tenéis los orejos?, ¿os sirven para algo?, además de sujetar las gafas (el que las llevara) La pachanga esa que ponen por la radio y la televisión si que se aproxima bastante al ruido o por lo menos a sonidos más bien molestos, pero ¿como diantres te atreves a decir que un solo de guitarra de Jimi Hendrix o de órgano de John Lord es mucho ruido?. Vale que no te guste Jimi Hendrix, ni Cream, ni Emerson, Lake & Palmer, ni Pink Floyd, ni Led Zeppelin, ni Deep Purple, ni Jethro Tull, ni Frank Zappa, ni Janis Joplin, ni... oye, por cierto ¿que diantres es lo que te gusta a tí?. ¡Acabáramos!, la música chicle y discotequera,¡haberlo dicho antes, hombre! (o mujer, no te mosqueés tan pronto), y nos habríamos ahorrado esta tontería de conversación, pues ¡nada hij@! que te dure muncho tiempo esa vista de lince que tienes y que no te acatarres a menudo y acabes perdiendo el olfato, ni las papilas gustativas, porque orejos, lo que se dice orejos para lo que te sirven. ¡Que meten muchuo ruido!, disculpa, ¡no es más que rock`n roll!

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