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Mogollón de basca

Aquel año el planeta (si, este, no va a ser Neptuno, si te parece) había alcanzado la cifra de 4.000 millones de personas (bueno, algunos, como el que nos gobernaba aquí, era dudoso que fuera una persona, pero, en fin, para no liarnos... ) lo que por aquel entonces parecía todo un record. Mucha basca, basca por un tubo, mogollón de basca y eso que aún estábamos lejos de los 6.791.170.386 que venimos a ser ahora mesmo (¿que como lo sabemos?, ¡pues anda que es dificil!, porque lo hemos buscado en el San Google, oyes, y nos ha aparecido una paginita muy mona con los datos actuales de la población mundial, si te parece, no vamos a ir contando un@ a un@). En cualquier caso parecía que aquello estaba a punto de estallar y que ya no cabía un alma (aunque las almas ocupan poco espacio ¿no?, bueno eso el que la tenga, que tampoco estamos tan seguros de que todo el mundo tenga la suya), y, mira, casi 3.000 millones más desde entonces. Y aún quedan sitios vacíos. ¿Que donde?, pues aqui mesmo, sin ir más lejos, que está toda la gente apiñada en las grandes ciudades y el campo esta prácticamente vacío y abandonado. Y si no echarle una miradita al mapa nocturno este tan guapo que hemos pillao (por todo el morro) por ahí.


Como se puede apreciar facilmente, este país esta vacío, mucho más vacío que los otros países que se ven (el norte de Africa no vale, que es desierto, y los de arriba todo hielo). Eso, o la basca por aquí no enciende las luces por la noche y por eso no las pilla el satélite de marras cuando saca la fotico.

Y hablando de basca, aunque nos empezaba a preocupar el tema (no que hubiera mucha, sino que unos pocos vivieran de puta madre y el resto a verlas venir), lo que de verdad nos molestaban eran los sitios atiborrados de basca. Solíamos ir, de vez en cuando, a la Cervecería Alemana, de la plaza de Santa Ana, y también a los garitos de la calle Libertad. Hasta que estuvieron atestados de basca, que ya no te podías acercar a la barra a pedirte una birra y siempre había algún patoso que te pisaba o te tiraba media consumición encima. (eso si no te potaba, que también se han dado casos). Y con el mogollón de basca a tope y descontrolada (que cuanto más somos más nos descontrolamos, vete tú a saber por qué), siempre pasaba lo mismo, además de los patosos llegaban los chungos y los macarras en plan peleon y el sitio terminaba yéndose al carajo con las peleas y la poli que venía cada noche. En fín, que parece que la gente, sino está bien apretujada no se encuentra a gusto. ¡Que cosas!.

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