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Crimen en la guardería

En esta ocasión no tuvo nada que ver (ya es raro) el primo de Rulo, ni Juanjo, yo mismo me topé con ellos, unos completos desconocidos, cuando iba a comprarme unos discos en la tienda que había, Discoplay se llamaba, en Los Sótanos de La Gran Vía, seguramente la mejor de Madrid por aquel entonces y a la que solía acudir al menos una vez al mes. Lo cierto es que los encontré entre las novedades, aunque no sabía quienes eran, pero me llamó la atención el título del album "Nursery Crime", así como la carátula y también el nombre del grupo, "Génesis", y decidí pillarlo a ver como sonaba aquello.

Así que me fuí disparado para mi casa con aquel extraño ejemplar de disco que me había atraído (visualmente) desde el principio. Diez o doce estaciones de metro después ya estaba en casa. Saqué el disco de la funda, levanté la tapa de plástico transparente del tocadiscos estéreo de fabricación nacional que teníamos en el salón (se trataba de un Cosmos, con altavoces de cajas de madera, y no sonaba mal para lo que había por aquella época) coloque el disco y me dispuse a escucharlo.

A mi me gustaba escuchar mi música de pie, andando por la habitación, tal vez porque ninguno de los asientos estaba bien situados en relación al tocadiscos (quedaban lateralmente a él), pero en aquella ocasión me quedé plantado en medio. ¿Que demonios era aquella música tan extraña y sin embargo tan sugestiva?. No se parecía a nada de lo que había escuchado hasta entonces y en ocasiones me parecía como, no se, si desentonaran de alguna manera. Tenía multitud de cambios y de matices que al principio se me escapaban un poco. Que raro sonaba.



¡Nada de eso!. Lo que ocurría es que no tenía el orejo preparado para escuchar algo tan singular. Tras oírlo tres o cuatro veces le fuí cogiendo el tranquillo. No lo sabía en aquel momento, pero aquella música tan rara de aquel grupo inglés que se llamaba como un libro de la Biblia, me estaba anunciando nuevos tiempos. De hecho me acababa de dar de sopetón con el rock sinfónico (hasta entonces habíamos considerado a grupos como "Yes" como rock progresivo), algo que no se parecía a nada de lo que conocía y que me empezaba a gustar mucho.

Como siempre, llegaba tarde, aquel (como me enteré luego) era en realidad el tercer albúm del grupo, aunque en él estrenaban formación que se mantendría estable hasta la salida, años después, de Peter Gabriel, su estático y extraordinario cantante con su afición a los maquillajes extraños y los disfraces extravagantes (rarísimo, en el vídeo que he puesto aparece tan cual) y su voz entre susurrante y quebrada. Luego Genésis no volvió a ser lo mismo, pero hasta que eso pasara aún habían de depararnos discos como el magnífico "Foxtrot", el no menos bueno "Selling England by the Pound" o su grandioso albúm doble "The lamb lies down on Broadway", donde llegaron a la cumbre del desarrollo conceptual de su música.

Un poco de Jazz

Lo de ser rockero impenitente no quiere decir que desprecies otros estilos musicales (salvo que seas imbécil además de rockero, que también se da de vez en cuando), solo que a ti lo que te gusta tocar es rock. Pero puede gustarte el blues (y casi seguro que te gustará), algo o mucho de música clásica (a mi, por ejemplo, me encanta el barroco y los llamados "románticos", que uno es mogollón de rockero pero también un romántico de tomo y lomo, que cosas más raras se han visto y nadie ha puesto el grito en el cielo) o incluso el jazz.

Si, si, el jazz, esa música endiabladamente compleja, pero cálida como una noche de amigos y copas, que además, ¡coño!, si te fijas, está muy emparentada con el blues. Antes de seguir voy a hacer una declaración de principios (que tampoco hago tantas, oyes, y para algo me estoy currando el blog): a mi me gusta el jazz antiguo, desde el New Orleans hasta el Bebop, pero aborrezco del Free Jazz, que me parece una tomedura de pelo, de la misma manera que aborrezco de la música dodecafónica que me parece otra tomadura de pelo. ¿Que soy un antiguo?, seguramente... ¿y?.

Bueno a lo que iba, como buenos rockeros ya nos costaba bastante trabajo (sobre todo al principio) acceder al buen rock que se hacía por allí fuera, así que tampoco andábamos muy preocupados en la búsqueda de otros géneros. Eso es lo que nos pasaba con el jazz. Algo habíamos oído, por ejemplo en alguna peli americana, y recuerdo que Rulo tenía algunos discos de jazz de su viejo. Pero, en este caso, fue Juanjo nuestro verdadero introductor en el jazz. El tío estaba colgado con el Jacques Loussier Trio, que como su popio nombre indica eran tres gabachos que hacían jazz ¡a partir de música barroca!, sobre todo de J.S. Bach.





¡Toma ya fussion!, que estos la habían inventado mucho antes de los que vinieron luego, y ¡como tocaban los tíos!, y eso que solo eran tres y con instrumentos acústicos, o sea, piano, contrabajo y batería, pero no veáis la bulla que metían y el ritmo que tenían los gachós. Así que nos molaron un montón desde el primer momento y hasta compusimos algún tema, como "la fuga" con claras resonancias barrocas y a ritmo de jazz (que hasta ahí llegábamos, oyes), y eso sin dejar de ser un grupo de rock progresivo y psicodélico.

Resulta que, vete tu a seber porqué, Jacques Looussier y sus muchacos vinieron a tocar a Madrid por aquella época y dieron un concierto en el Teatro Real. Y claro, fuñimos Juanjo, Lourdes, yo (de gorra, como siempre) y creo que Quique. Fue bestial. Mi primer concierto en un teatro escuchando música de Bach interpretada por un trío de jazz. También fue bestial lo de la chaqueta que tuvieron que prestarme para la ocasión, que yo no acostumbraba a usar semejante prenda, y entre que no era mía, las melenas, los pantalones vaqueros, parecía que se había colado en el concierto el chatarrero. Que nunca he comprendido muy bien la norma esa de "se exige chaqueta", pero luego como si quieres ir en calzoncillos.

Bueno, aquel fue mi primer contacto con el jazz, luego vendría Jimmy Smith (que para algo tocaba el órgano, y para cagarse de gusto), The Modern Jazz Quartet, y posteriormente John Coltrane, Charlie Parker, Wes Montgomery y un montón de otros músicos de jazz, que ahora mismo estoy mirando mi colección de viejos vinilos de jazz (aunque tengo más de rock) y flipo. Que hice bien en no desprenderme de ellos cuando llegaron los cds y además me acabo de comprar un tocata (si, si, un tocata, ¿que pasa?, que mi viejo plato changó hace un par de años) que alucinas, pero eso ya os lo contaré otro día

Mas mordiscos da el hambre

Hambre, lo que se dice hambre, no pasábamos, la verdad, que siempre había papeo en casa, que de eso se ocupaban las madres y que para eso vivíamos en un barrio casi periférico de clase media muy media (por no decir calcetín). Otro tipo de hambre, no voy a afirmar ahora que no pasáramos, que éramos jóvenes y las hormonas solían desmadrársenos (sobre todo a mi, que además no me comía -como ya es sabido- un rosco), que eso se les da muy bien a las hormonas, desmadrase, y ¡ale!, a verlas venir... (a las chicas), y a verlas pasar (de largo) también (sobre todo mi menda, y es que mi temprana juventud fue un infierno, de hecho es un milagro que esté cuerdo, algún día os la contaré...).

No, me refería a lo otra hambre, que no es que tuviéramos mucha, pero como carpetovetónicos pobladores de esto de aquí, nos iban los baretos, las cañitas y esas cosas, y claro, al final, terminaba haciendo hambre (y eso que no solíamos tener, menos Juanjo, un duro). Y ya que hablamos de baretos (¿qué?, ¿que se ha notado mucho que la introducción era un pretexto para hablar de los baretos?, bueno, pues mira, que le vamos a hacer, que uno tampoco es el Chespir ni el Torrente Ballester y hace lo que buenamente puede, que ya es bastante) había uno en la trasera de Virgen del Coro, cuasi esquina con Virgen de la Alegría (si, ya lo se, todas las calles del barrio eran "vírgenes", menos la principal, Avda. Donostiarra, donde, en el 24, vivíamos Quique y yo), que no me acuerdo ahora como se llamaba, pero que lo regentaba una señora que hacía unos bocatas de tortilla (española, que la francesa no es tortilla ni es ná) que flipabas.

Y a veces, cuando juntábamos algo de pela, nos íbamos al bareto es cuestión, que además era barato y nos pillábamos unos bocatas de tortilla de patatas que nos sabían a Gloria (Por cierto, ¿alguien sabe a que sabe la tal Gloria?, que yo no he tenido oportunidad y lo mismo estamos aquí metaforeando sin ton ni son y a lo mejor la tal Gloria sabe a bocata de somormujo, o a algo aún peor, que para estas cosas es mejor estar prevenido). Bueno lo dicho, ¡menudos bocatas tortilla!. Que no estaban ya hechos y revenidos, como en otros sitios donde solo les falta el certificado de defunción, sino que allí, en aquel pequeño bareto de nuestro barrio la señora que lo regentaba, y que hacía las veces de nuestras madres cuando lo frecuentábamos, te hacía la tortilla delante de tus narices. ¡Toma ya "fast food" de la guapa!.



El ingrediente del bocata, ¡yummmm!

Tal era la pasión que despertaban a nuestros, no diré escuálidos, pero si insaciables jóvenes estómagos, los susodichos bocatas que, en una de estas, nada más que nos los habían servido, después de haber estado esperando relamiéndonos a que se cuajara la tortilla, Rulo pilló el suyo y con un gesto que hubiera hecho palidecer al mismísimo Pantagruel exclamó: ¡Váis a ver que mordisco le meto!. ¡Joder que si lo vimos!, como que se le descoyuntó la mandíbula inferior de tanto que abrió la boca el tío, y con voz estertorea masculló: ¡ahivá que putada!, a lo cual al resto -creo recordar que estábamos Salva, Pato, Bola, Quique y yo- nos dio un ataque de risa que casi nos meamos encima, mientras el Mago Jarragus, sin perder la compostura, nos decía con un trozo de bocadillo colgándole de la boca y con un acento entre gangoso y eslavo del sur: ¡no os riáis cabrones!.

Al final, Salva se la volvió a colocar de un certero guantazo en el mentón, mira tú que nos quedamos perplejos, ya que fue el único que le echó narices y estuvo muy propio el tío y hasta parecía que lo hacía a diario (arreglar mandíbulas descoyuntadas de un guantazo en el mentón) y Rulo pudo, finalmente, terminarse el bocata como los demás. En fin más mordiscos da el hambre (el de verdad), pero ya no hemos vuelto a comer un bocata tortilla patatas como los que hacía aquella mujer, ¡bendita sea, demonios!.

No correr que es peor

No se porque extraña razón los rockeros no solemos ser muy amigos del deporte, ¿o si?, yo al menos no conozco a ninguno, empezando por nosotros mismos, pero a lo mejor es que ha dado la coincidencia de que solo conozco a rockeros apalancados y poco amigos de los esfuerzos físicos, mientras por ahí corre una enorme turba de rockeros olímpicos, que todo podría ser, pero me extraña cantidugui.

¿Que porqué me extraña?. Mira, lo de los Beach Boys de las narices y el surf no cuenta, que esos no tocaban rock, sino algo mucho más blandito y mogollón hortera. Y el "Mono" Burgos (¡como molas tronco!), no cuenta, que es portero el tío, así que tampoco se esloma que digamos y seguro que se desgasta más tocando la batería que parando balonazos. ¿Sabéis de alguno más?, ¿n0?, pues eso, que lo de unos largitos en la piscina los domingos no cuenta.



Ya de por sí tocar rock`n roll supone un esfuerzo físico y un gasto de energías considerable, que no se aminora porque la variante en uso sea el rock progresivo o el psicodélico, o una mezcla de ambos. Si solo se tocaran blues la cosa iría más calmada, con más sosiego, o sea en plan pachorra y eso, pero no es el caso. Que menudas sudadas nos metíamos en el local, incluso en pleno invierno que, a pesar de la estufa de butano, hacía un frío de cagarse. Pues nada, al final salíamos bien sudados, como tiene que ser.

Nosotros, como cualquier otro rokero que se precie, menos el "Mono" Burgos, éramos un tanto apalancados y poco amigos de los esfuerzos físicos exagerados, aunque Quique y Salva de jovencillos si jugaban algo al fútbol, normal, lo que no era normal era lo mío que siempre he huido de cualquier deporte como de la mísmisima peste, que a apalancado no me ha ganado nunca nadie y esto lo tengo a mucha honra y lo llevo con mucho decoro (y además, no estoy gordo, te j... ).

De tal manera que ya hacíamos bastante gimnasia tocando y luego la verdad es que otra cosa no practicábamos, aunque a veces nos dábamos largas caminatas (no siempre, ¿eh?, que tampoco conviene abusar), como cuando íbamos a buscar a Salva al Carolina o a veces en el campiri, y es que un poco peripatéticos si que éramos y sobre todo no teníamos un duro y andar, ya se sabe, además de sano resulta muy barato. Que en cuanto empezamos a pillar algo de pasta ya andábamos menos y no nos bajábamos del buga (de quién fuera).

Así que uno de nuestros gritos de guerra era el de ¡no correr que es peor!, que venía a resumir muy eficazmente y con gran economía de vocablos cual era nuestra verdadera actitud hacia el ejercicio físico. Oyes y que hasta aquí hemos llegado, no voy ha decir que hechos unos mulos, que tampoco lo hemos pretendido nunca, pero si bastante sanos y de buen ver a pesar del coñazo del paso de los años ese.

Solo había una manera de hacernos correr de verdad, que ya ni jugando pues se nos había pasado la época del "corre que te pillo", y era ante un carga de los "grises", esos "amables" policias empeñados a toda costa en que hiciéramos ejercicio, ¡los muy c... !, que más de uno hemos estado a punto de batir todas las marcas, pero es que el aliciente lo merecía.

In memoriam

Que mal rollo, se ha muerto el bajista de Los Relámpagos, uno de los grupos pioneros del rock instrumental español. Juan José Sánchez-Campins fundó junto con su hermano Ignacio, Ricardo López Fuster, Pablo Herrero y José Luis Armenteros el mítico grupo que cosechó con un sonido propio muy peculiar toda una serie de grandes exítos en los años 60. También fueron el grupo que acompañaba a Mike (luego Miguel) Ríos en su primera época.

Aunque nos gustaban un poco más Los Pekenikes, reconocíamos su valor de grandes instrumentistas, cosa rara por aquí por aquel entonces y el mismo Rulo era un seguidor bastante fiel de su trayectoria. Yo aún tengo algunos de sus viejos vinilos, "singles" como se les llamaba, en mi colección de música favorita, y ahora mismo estoy escuchando uno.

Aquí podéis leer la necrológica que le ha dedicado hoy el diario El País.

Sirva este vídeo como homenaje:



In Memoriam

La máscara

Hoy toca tema, tema de los nuestros claro, que los estamos poniendo con cuentagotas para que no se nos acaben. ¿Ah?, ¿que ya os habías dado cuenta?, pues nada, oyes, mucho mejor, así evitamos malentendidos, mientras nos curramos la música que hemos rescatado de viejas cintas, que en total habrá para una como una hora y media (todo seguido, que no es plan), pero aún no perdemos la esperanza de localizar más. Y además estamos reservando algunas sorpresas para más adelante.

"La máscara", es el nombre de este tema, en el que también cantamos en español. Menos mal, porque muestro inglés era más que deficiente y además nos lo inventábamos por la cara, que si, que cuando cantaba un tema en inglés y no me sabía la letra, me la inventaba sobre la marcha y tan contentos, total aquí tampoco sabía casi nadie inglés. Otras veces no, otras veces, componíamos la letra en inglés y la cantábamos en inglés tan frescos. Recuerdo una novia americana que tuvo Cesar, que cundo nos oyó cantar en inglés (del bueno, no del inventado) casi se muere del ataque de risa que le dio con nuestra pronunciación, que no podía para la tía.


Volviendo a "La máscara" se trata de un tema con mucha marcha y algunos cambios que nos molaban cantidad, como pasar a una parte más lenta y luego seguir con la tralla. No tiene la complejidad, ni la calidad de "Nubenlata", que ya habréis escuchado (aquí mismo, unos pòst más abajo) los que seguís habitualmente el blog (que cada vez hay más gente de más sitios, como mola, pero siguen sin decir ni mu, ¿nos habremos topado con todos los tímidos del planeta?) que leer sobre la historia de un grupo de rock y no escuchar su música, no voy a decir que sea una tontería (por si alguien va y se mosquea), pero se le parece bastante. Con todo, es un buen tema de rock, y espero que os guste. ¡Coño!, y ahora que me doy cuenta hasta nos salió un poco punkarra y todo.



Ya sabéis, lo mismo de siempre:
http://www.reverbnation.com/tunepak/1548624


El sonido no es muy bueno, sorry, está grabado en nuestro local con el casete mangurrino de marras, que como ya sabéis ni la tecnología ni nuestra economía daba para más. La letra está un poco más currada que en otros temas que ya hemos puesto (salvo, tal vez, "En plan gilipollas") y recoge nuestras inquietudes ecológicas y similares, así que como, quién dice, estábamos dando el cante, no solo literalmente, sino también en plan alegórico y cuasi filosófico, pero en a la manera rockera, ¿eh?, que tampoco era cuestión de ponernos cursis por muy mal que le fuera al planeta.

¡Se jodio el invento!

Por si fuera poco con que Salva se hubiera ido a la mili y nos quedásemos sin batería, aún habían de venir más desgracias, que nunca vienen solas y por ser rockero no estás a salvo de ellas, ni mucho menos; no se porque razón pero estás expuesto a ellas como el común de los mortales. Un día que no me acuerdo bien que estábamos haciendo, pero nada malo ni ilegal seguro, se nos changó el Panther. Si, si, mi flamante Panther 100 de la marca Elka, tal que se fundió. No había forma de encenderlo y el olorcillo a chamuscado que soltaba no presagiaba nada bueno.

¡Se jodió el invento!. El teclado, el único que teníamos, ¡a tomar por c... !, así que nos quedamos descompuestos, sin batería y ahora sin teclado. La cosa de arreglarlo estaba chunga, que al ser un artilugio extranjero había que mandarlo allende las fronteras patrias, correr con los gastos de envio y esperar pacientemente a que te le devolvieran arreglado y soltar una pasta gansa entre unas cosas y otras, lo que no encajaba nada armoniosamente con nuestras raquíticas economías (sobre todo con la mía).

¡Mi Panther, coño!, que se me ha quemado mi Panther, ¡me cago en la... ! y ¿ahora que hacemos?, que un teclista sin teclado es algo muy tonto y como sin oficio de provecho y la mayoría de nuestros temas tenían partes de teclado, que ya me había encargado yo de ello, que para eso quería ser el Keith Emerson y el John Lord (juntos a ser posible) del barrio. Y ahora, que pasados los primeros meses de conmoción y desconcierto tras la marcha de Salva, habíamos decidido buscar un batería suplente y que ya había alguna actuación por ahí a la vista.



Organo Panther 100 de Elka

En esto nos acordamos del amigo del Bola, Mauricio, que entendía el tío un güevo de electrónica y ya nos había hecho un apaño en la discoteca (del cole) - si flipas con esto es que eres nuevo en el blog-, así que le preguntamos. Y nos dijo que tranquilos, que seguramente había sido la fuente de alimentación, que entonces no se llamaba así todavía sino "transformador", con el tute que le habíamos dado al instrumento (¿tute?, ¿que tute?) y que el se encargaba de mirarlo (y arreglarlo si podía).

Así fue, se lo llevó para su taller, que estaba en la trastienda de una perfumería con la que se ganaba la vida, que al parecer eso de la electrónica en un país como el nuestro aún no tenía mucha salida, y unas dos semanas después ya estaba arreglado el trasto. Que en eso se había convertido mi querido Panther (también el nombrecito se las traía, aunque por aquel entonces no habíamos reparado en ello, que a poco que nos hubiéramos descuidado nos habrían llamado los nazis para invadir otra vez Polonia) en un trasto.

Que si, que ahora ya se encendía y sonaba y todo, ¡menos mal!, pero ya no volvió a ser el mismo, que con el arreglo había cogido como un tono trompetero que se le pegaba a todos los registros en plan agudo, como de trompeta de banda de pueblo, oyes, que no quedaba muy rockero ni muy progresivo. Pero funcionaba, al menos, y Mauricio, que era un tío cojonudo, me cobró acorde a mis paupérrimas posibilides económicas, o sea que casi me lo arregló por la cara.

Bueno ya estábamos de nuevo preparados, ¿cual sería la próxima?.


P.D. La fotico no es di mi viejo Panther (que a saber donde andará), sino que la he pillado de Internet, ¡que los tíos siguen fabricando el mismo modelo después de casi cuarenta años!, y con el mismo color y todo, ¡toma ya innovación y tecnología punta de esa!.

Pijos (de barrio)

Si los jipis con pretensiones de místicos que empezaron a brotar como setas en cada esquina eran un auténtico coñazo (además de unos gilipollas) otra especie no menos rara era la de los pijos (y no menos gilipollas). No la de los pijos auténticos, no, (que también eran gilipollas, pero de otro tipo) los del barrio de Salamanca y la calle Serrano (centro de reunión de todo el pijerío), sino la de los pijos de barrio, que ya hay que ser muy gilipollas (pero mucho) para vivir en un barrio casi periférico y ser pijo.

A nosotros los del barrio de Salamanca, o sea los auténticos pijos, nos daban igual, nos la traían floja, vamos que pasábamos de ellos porque no solíamos transitar, salvo causa mayor, por aquellos andurriales. Pero a los que no podíamos soportar era a los pijos de nuestro barrio, que eran pijos de imitación, aunque ponían mucho cuidado en parecerse lo más posible a los pijos auténticos: los mismos polos Lacoste, los mismos zapatos castellanos, el mismo pelito corto y relamido. ¡Un asco!. Que si hay pijos en Serrano y en el barrio de Salamanca, pues bueno, peor para ellos, que nosotros haremos lo posible por no tropezárnoslos. ¡Pero en nuestro propio barrio!.

El barrio era, además, como un pueblo pero en ciudad, como ya he explicado en otro sitio en este blog, vamos que casi todo el mundo se conocía, así que a los pijos del barrio les conocías porque habías ido al colegio con ellos, porque eran amigos de algún amigo de algún amigo, porque eran tus vecinos y, porque, y esto es lo peor de todo, te los cruzabas por la calle cada dos por tres. Y eso que no había tantos, como en el otro barrio, más allá de la frontera, el Parque de las Avenidas, que ese si que era un hervidero de pijos de barrio bien.

Eran absolutamente insoportables, además de la forma de hablar, los muy cretinos se decían apolíticos, vamos que nos les interesaba nada la política, ¡toma ni a nosotros tampoco!, pero ya se encargó la propia política de que no pudiera dejar de interesarnos. Sus gustos musicales eran deleznables. Les molaba el sonido "bubblegum" de las narices y grupos como Ohio Express (¡arggg!) o los Archies (¡aaaarrrrrggggg!) y también les molaban los coñazo de los Beach Boys, que ya hay que ser gilipollas para vivir en Madrid, que la playa más cercana está a 350 km, y colgarse con los surferos californianos esos. Y encima se atrevían a decir que el rock progresivo no era más que ruido, ¡serán imbéciles, los niñatos de mierda estos!, que en más de una ocasión nos hemos tenido que contener para no romperles los piños.

Bueno, como suele pasar, no nos relacionábamos con ellos, aunque éramos del mismo barrio, así que cada uno iba a su rollo, pero cuando por un casual te los tropezabas, te entraba, no se, como una especie de comezón, un mal rollo, oyes. Y luego están las anécdotas curiosas, como mi amiga Paloma de la Facultad, que era una pija de espanto, pero pija auténtica, y sin embargo, mirá tú, le cayó bien el grupo de jipis y acratosos con el que yo iba, y se nos apuntó desde el primer día (que al principio flipábamos en colores) pero resultó ser una tía bastante maja y deshinibida, y bastante enrollada, aunque eso si con novio pijo, que las cosas tienen que ser como tienen que ser (y no me extrañaría que al final le hubiera mandado al carajo). La diferencia, seguramente, es que Paloma era una tía inteligente, aunque de familia pija, y los pijos de mi barrio no pasaban de tontos del culo.

P.D. No he puesto ninguna fotico, porque, total, para poner una foto de unos pijos , mejor nos la ahorramos y todos tan felices y tan contentos.

Hotel Morrison

Otro disco que escuchamos hasta machacarlo fue el "Morrison Hotel" de los Doors, en mi opinión (la mía) el mejor de los discos del grupo. Y es que con los Doors me pasa una cosa muy curiosa, que ya se que muchos no van a compartir, y es que me gustan muchos de su temas y el Jim Morrison cantando me va cantidad, pero, no se, como que le hecho a faltar algo al grupo, tal vez la manía de no llevar bajista, y el teclista tampoco me parecía una maravilla que digamos. Que si que había mucha inspiración, pero el sonido muchas veces dejaba que desear.

No así en el caso de este disco, que estaban sembrados los tíos. Se habían puesto las pilas y en el plano instrumental contaron con el apoyo de dos bajistas cojonudos, como Lonnie Macken y Ray Neopolitan y los temas, por lo demas, estaban curradisimos. Mi favorito era "Roadhouse Blues", pero también me gustaban un güevo "You make me real" , "Waiting for the sun" e "Indian summer".

Y ahora que lo pienso, yo tenía ese disco pero al buscarlo entre mis viejos vinilos resulta que no está, asi que debí dejarselo a alguien que nunca me lo devolvió, que me ha pasado también con los de Who y Jimi Hendrix, entre otros, (aunque esos los volví a pillar luego de saldo) que si tuviera ahora todos los discos que en su día presté (y nunca más se supo de ellos) me tendría que cambiar a una casa más grande.



Además muchas de las letras eran cañeras y pronto se granjearon la fama de ser unos folloneros, pues en algunos de sus conciertos se solía montar la gorda, con la inestimable ayuda de la policía que andaba por ahí jodiendo la marrana.



Así que "Morrison Hotel" fue otro de nuestros discos de culto y sirvió para que aprendiéramos a apreciar a un grupo con el que, al principio, tampoco flipábamos tanto. Mucho tiempo después he visto la peli y me gustó y me parece una de las mejores películas que se han hecho sobre un grupo de rock.

Con los Doors nos pasó otra cosa curiosa. Eran el grupo favorito de unos chavales filipinos que vivían cerca y a menudo venían a donde estábamos con la saludable intención de levantarnos a las chicas. Y los tíos eran mucho más jipis, que llevaban las greñas más largas y más abalorios de esos y claro, había que estar al loro, que ya nos habían levantado las chicas una vez los jipis de Bami, y no estábamos esta vez por la labor. Así que había como una cierta hostilidad recíproca cargada de miradas torvas, que tampoco es que nos diésemos de hostias, hasta que se enteraron que éramos de un grupo de rock y que también nos molaban los Doors, y el "Morrison Hotel" que estaban de acuerdo con nosostros que era lo mejor que habían hecho los tíos, y a partir de entonces las cosas fueron mejor (y no, no nos levantaon las chicas).

La Conciencia Cósmica de las narices

Al principio la psicodelia era cosa de unos pocos, de un círculo reservado de iniciados que estaban en el ajo. Con el tiempo se fue ampliando y llegó un momento que jipis y psicodélicos estaban a la orden del día. Abundaban como setas y empezaron también a abundar expresiones como "estar en el rollo", y sobre todo empezó a aludirse frecuentemente a la Conciencia Cósmica esa, que nunca he sabido muy bien que demonios es, pero que te decían que era formar parte del Todo y sentirte Uno con el Todo, y Todo en Uno, y tal que así.

Lo gracioso del asunto es que quienes prodigaban tales consejos espirituales no eran maestros chamanes surgidos de lo profundo de la Amazonia, que aquí aún no sabíamos muy bien quienes eran los chamanes esos por la sencilla razón de que aún no se habían puesto de moda, sino algún tipo o tipa (que en esto de la insensatez no se distingue en géneros) que se había fumado unos cuantos canutos, tomado lo que le habían dicho que era un tripi y, en el mejor de los casos, se había leído el "Siddharta" del Herman Heese, que aquí causó furor entre los que solían leer poco o nada, y a lo peor también el "Lobo Estepario".


La rueda del Karma

Y ¡ale!, pertrechados de tan valioso bagaje de experiencias y conocimientos andaban por aquí y por allí dando la barrila al personal sobre la necesidad de encontrar la "visión interior", la "iluminación", que con esto tenían auténtica manía, oyes, que para mi que estaban a sueldo de las compañias de electricidad, y de llegar a adquirir la "Conciencia Cósmica" de las narices, que por más que te esforzabas no había manera, que conciencia si que teníamos si, pero que fuera cósmica ya era más dudoso, y sobre todo que ellos supieran en realidad de lo que hablaban.

Pero claro, estaban arropados por los insignes precedentes, tu, que si gente como los Beatles, el Jiimy Hendrix, los Doors o la Janis Joplin habían flipado con esas cosas y los medios para alcanzarlas hasta quedar permanentemente fundidos en un fraternal abrazo con el resto del Universo, ellos ya sabían ya de lo que estaban hablando y quién demonios eras tu para saber si Jim Morrison o Bob Dylan tenían o no tenían razón. Así que dale que te pego con la matraca en plan Timothy Leary de barrio y mísiticos de pacotilla y eran una verdadera plaga. Si te cogían por banda te soltaban un par de frases que atribuían a alguno de los antes mencionados y, venga, a "iluminarse" y "concienciarse cósmicamente", entre expresiones de "que rollo más guapo", "como mola ti@" o "sigue a tu karma", que yo, por más que lo intentaba no veía el karma ese por ningún lado y, claro, así era difícil seguirlo.

Y finalmente resultó que algunos de los famosos precursores terminaron palmándola de muy mala manera y otros enganchados miserablemente, lo que en cierta forma nos puso en alerta, (¡mucho ojo con los pasotes!), así que tanta "iluminación" y tanta "conciencia cósmica" no les había ayudado en nada y a lo mejor es que había sido todo un gran engaño en la loca vorágine que terminó con tanta gente tan joven en tan poco tiempo. Que alcanzar la "iluminación" y la "conciencia cósmica" parecía demasiado fácil, un juego de la percepción inducido por medios químicos, si no fuera por que al final podía estarte esperando la Muerte. Muy chungo. Era para mosquearse y para mandar a freír gaitas a todos esos palizas.

Malos tiempos

De repente llegaron malos tiempos. Malos tiempos para MOH y para el rock que tocaban. Justo cuando estábamos empezando a escalar la cresta de la ola, Salva tuvo que marcharse a cumplir con el servicio militar. Para los que ahora no disfrutan de ese privilegio, el de ir obligados, gracias a la movilización durante años de miles de objetores y de insumisos, tal vez les resulte difícil comprender lo que suponía. En el mejor de los casos una cortada de rollo total.

Y no todo el mundo tenía tanta suerte como el Mago Jarragus, que la hizo en Madrid y con pase "per nocta", vamos que se iba, salvo cundo tocaba guardia, a sobar a casa tan ricamente, que era como currar para los militronchos pero sin entregarles tu vida durante 12 o 16 meses. Así que Salva se marchó, que en aquella época no te podías andar con bromas con el ejército que todavía, les pese a quién les pese, era una fuerza de ocupación de su propio país y no se andaban con chiquitas.

Y nos quedamos los tres, Rulo, Quique y mi menda solos y descompuestos, que se había pirao el batería y ya me contarás tú que hace un grupo de rock sin un batería (sobre todo, sin un bateria como Salva). Así que pasado el desconcierto inicial, decidimos proseguir como trío aunque eso si, modificando el nombre, y pasamos a llamarnos "MOH without one", que de eso me acuerdo bastante y de que finalmente fue Rulo el encargado de hacerse con la batería, ya que no se le daba mal del todo, y por lo menos mejor que a Quique y a mi.

Pero había otro problemilla. Con Rulo a la batería, estaba claro que Quique debía seguir siendo el guitarra solista, que a mi lo de los solos de guitarra nunca se me había dado muy bien y por eso era guitarra rítmica o de acompañamiento, además de teclista. O sea que mi menda pasó a tocar el bajo, y claro se notaba un güevo que no era el bajo que tocaba Rulo, puesto que mi estilo era bastante más limitado y simplón.

Una consecuencia inmediata de todo ello, es que todo el repertorio que ya teníamos montado se tuvo que ir al garete (al menos temporalmente) y adaptarnos a nuevas piezas que encajaran con nuestra forzada reorganización de los instrumentos. Empezamos a probar y recuerdo que un tema al que le dimos bastante fue al "Love like a men" de los Ten Years After y otro fue el "Proud Mary" de la Credence Clearwater Revival.





Ah, pero los problemas seguían, que si el bajo que yo tenía que hacer era medianamente complicado no podía cantar al mismo tiempo, que uno nunca ha sido el Greg Lake o el John Wetton, asi que la solución era que en ese tema tocara Quique el bajo y yo la guitarra, con lo cual tampoco había solo de guitarra, así que la cosa estaba jodida.

La solución, claro está, pasaba por buscar (y encontrar) otro batería mientras Salva estuviera ausente, que iban a ser unos mesecillos de nada, lo cual no resultaba sencillo, ya que Salva era un excelente batería y no era fácil encontrar otro igual. Bueno, al final, encontramos uno, y hasta tocamos en directo con él, pero eso lo contaré cuando toque. De momento andábamos jodidos.

Rebeldes (con causa)

Eramos rebeldes. En primer lugar porque éramos rockeros y los rockeros, ya se sabe, son siempre un puñao rebeldes. En segundo lugar porque éramos jóvenes y los jóvenes o son rebeldes o son imbéciles (que lo dijo el profesor de Filosofía el primer día de clase en la Facultad ante el alborozo generalizado de todos los estudiantes, yo incluido, bueno, menos de dos o tres imbéciles que había en el aula). En tercer lugar por la mierda del país en que vivíamos, y eso que aún no entendíamos mucho de política, pero nos jodía lo cutre y lo arbitrario. Y aquí había mucho de cutre y arbitrario. Así que éramos rebeldes, pero con causa.

Bien pensado es la única forma de ser rebeldes, porque ser rebelde sin causa, como el James Dean (que no hay nada como morirse joven siendo un pésimo actor para convertirse en un mito) en el bodrio aquel de peli que tuvo tanto éxito, es de imbéciles o sea que no eres un rebelde sino un imbécil (que ya lo había dicho el profe de Filosofía que algo tenía que saber del asunto que para eso era profe y nada menos que de Filosofía, una cosa muy profunda que habían inventado los antiguos griegos y apta solo para las molleras más privilegiadas). Y como no nos convencía que las cosas tuvieran que ser así porque así habían sido toda la vida (que vaya un argumento más cutre) ya éramos rebeldes. Que aquí, por otra parte, tampoco era muy difícil, aunque luego, eso si, tenías que apechugar con las consecuencias.



Así que en vez de ser gilipollas o imbéciles, que se le parece pero no es lo mismo, éramos rebeldes (y además unos cachondos mentales, que no ibas a estar todo el día amargado con el jodido mundo este), que en eso mira tú, salíamos ganando. Rebeldes en nuestros gustos y preferencias, en la forma de vestir y desarerglarnos, en nuestro vocabulario y nuestro lenguaje corporal, en nuestras lecturas (cuando eso era posible, que no siempre) en la música que tocábamos y en la que nos gustaba. Rebeldes que no macarras ni bordes (no confundir, por favor, que no tiene dada que ver una cosa con la otra).


Nuestra rebeldía era un antídoto vital contra la cutrería y lo arbitrario imperantes. ¿Porqué no podíamos besar a una chica en la calle o en el parque?. (Bueno, en mi caso está claro, porque no me comía una rosca, pero ese no es el tema... ). ¿Porqué no podíamos expresar nuestra alegría cantando y metiendo barullo?. ¿No es lo normal en los jóvenes?. ¿Porqué se tenían que meter con la pinta que llevábamos?, ¿se habían fijado bien en la pinta que llevaban ellos?. ¿Porqué tenía que ser todo tan cutre?. Estaba claro, aquí a la gente no le molaba que fueras rebelde y preferían que fueras un imbécil.

¡Pues iban daos!, que iban a tener rebeldes para rato, que una vez que le coges el gustillo ya no es tan fácil dejarlo, oyes, así que, ¡ale!, jóvenes, rockeros y rebeldes, no te fastidia...

Un temazo (de los nuestros)

Pues sí, un temazo de nuestra última época (ya llegará nuestra música anterior, que andamos liados en ello), que si me parece un temazo no voy a decir que es una birria, que además no lo es. El tema es "Nubenlata", que además es el nick de Quique, igual que el mío es Eshmun (que yo no me llamo así, ni que fuera un fenicio de esos) y que por otro lado es una clara alusión a los orígenes del significado de nuestro nombre, MOH, o sea la nube que vegeta y esas cosas, y es que estamos rescatando mucha de nuestra música, gracias a Quique y a Rulo, y hasta hay temas en directo y todo (que ya llegarán en su momento... ).

Una mezcla de nuestras diversas influencias y los distintos estilos musicales que nos molaban en el rock y que fundimos en ese sonido peculiar que constituía la marca de la casa (de la nube que vegeta). O sea, nuestro sonido peculiar, que peculiares eramos en más de una cosa, oyes, pero sobre todo en la forma en que sonábamos. Que nos nos contentábamos con sonar cono aquel o este otro grupo, sino que creamos un sonido propio, el sonido MOH, dicho sea sin ánimo alguno de arrogancia, pero es que es verdad, ¡coño!.

Que no, que no se me ha ido la olla y tampoco estoy exagerando un pelo, otra cosa es que os mole más o menos, o no os mole nada (vosotros mismos), pero currado estaba el tema, no este en concreto, sino todo en general, que en esto de tocar y sonar distinto hay un 30 % de inspiración y un 70% de transpiración (o sea, de curre, dale que te pego, que así no me gusta, vamos a probar otra vez y en ese plan). ¿A quién le habré oído yo esto, a quién?.



¿La foto?, ¿Que está repe?, ¡premio!, pues si, pero volteada horizontalmente para despistar, que ya he visto que no hay manera y que no se os escapa nada, linces. ¡Que le vamos a hacer!, que por ahora hay pocas fotos disponibles (pero también andamos en ello, y seguro que aparecen más, y aún nos quedan unas cuantas pero hay que dosificarlas). Así que toca una repetida, que solo es para ambientar, pues pertenece la misma época del tema que váis a escuchar (que tampoco es una obligación, pero ya que estamos en el asunto... ).

Bueno pues aquí está: "Nubenlata", que hasta tiene reminiscencias (al final del tema) de nuestras más primeras épocas pekenikeras, ¡aunténtico rock spanish!, o spanish rock, que nunca me ha quedado claro el asunto, eso si, con mucho rock progresivo de por medio:


Para escucharlo ya sabéis, el enlace de aquí abajo:
http://www.reverbnation.com/tunepak/1548617

Espero que os guste, por lo menos un poco, que tampoco vamos a exagerar a estas alturas, (¿la letra?, una crítica mordaz a las obsesiones y paranoias; que vá, es un bacile que se me ocurrío así de pronto y sin pensarlo) y sobre todo espero que nos digáis que os parece, con un comentario o con un mensaje, que se que estáis ahí, pero no decís ni mu.

Más que buenos

A pesar de la sequía musical que se padecía por estas tierras, de vez en cuando (pero solo muy de vez en cuando) salía un buen grupo de rock aunque no solía durar mucho. Ya les pasó a Maquina! y su rock progresivo. Y también les pasaría a otro grupazo de lo mejor que tuvimos: Los Buenos, que los tíos eran cojonudos, o sea mucho más que buenos, pero por aquí el personal no debía tener todavía el orejo preparado para tales exquisiteces.

Llevaban de teclista a Rod Mayall, que era hermano de John Mayall, ¡toma ya caché!, y hacían una mezcla muy guapa de rock y blues, junto con otros temas más pop que les "obligaban" a grabar en la discográfica. Su primer disco, que aperecío en 1969, fue un éxito tremendo, pero la cara B donde versionaban el "Oh Pretty Woman" de Albert King que les sonaba impresionante, y no la horterada que había grabado el Roy Orbison de las narices. Así que los de la discográfica, que habían apostado por la cara A, mucho más comercial, se quedaron con dos pares de narices, pero, eso sí, se endosaron la pasta igualmente (que majos).

Así que el siguiente disco fue justo al revés, de cara A un tema en inglés, el "Looking Back" de Johnny Watson (que a nosotros nos molaba un puñao y lo versionamos unas cuantas veces, que no nos salía mal la cosa oyes, y a la baska parece que le iba el rollo) y en la B uno en español "De mi niña". Ni que lo hubieran hecho a propósito los tíos (de la discográfica) el tema de la cara B, pegó fuerte y se convirtió en un éxito en las listas de ventas (vaya visión comercial que tenían los gachos).



La verdad es que no está nada mal el tema, ¿eh?, aunque la letra no sea una cosa del otro mundo (tampoco lo eran las de las primeras canciones de Los Beatles, pero eso si, como no nos enterábamos nos daba igual) el grupo suena realmente bien.

Por más que he buscado no encuentro ni pa trás su "Oh Pretty Woman" o su "Lookin Back" que esas si que molaban mogollón (yo aún conservo los discos, "singles", que se decía entonces, a lo mejor me animo, los paso a mp3 y los cuelgo por ahí para que me demanden) así que a falta de otra cosa pondré su "Groovy Woovy", que aunque no está mal no es tan cañero como los otros:



Me he animado, y aquí está, espero que os guste:
Boomp3.com

Bueno, pues lo dicho, después del tercer disco se separaron, que parece que en este país lo bueno no estaba destinado a durar, sobre todo si era rock`n roll.

Por el amor y la muerte (un paseo)

Esta va de cine, que no solo de música nos alimentábamos el intelecto ese que dicen que tenemos todos. Fue una peli que me impactó mogollón: "Un paseo por el amor y la muerte", del maestro John Huston y en la que salía de prota su jovencísima hija, Angélica, que ya apuntaba maneras. ¡Y que maneras!. Estaba ambientada en la Edad Media y era la historia de un joven estudiante (como yo) que se enamora de la hija de un noble (como la Angélica, de hecho me enamoré un tiempo de ella con resultados altamente insatisfactorios, que lo del amor platónico está bien para un rato, pero solo para un rato, ¿eh?, que tampoco éramos espíritus puros y uno tenía sus necesidades) en tiempos jodidos (guerra, peste, revueltas). Y se fugaban juntos y todo con tal de hacer posible su imposible amor.

¡Toma ya culebrón!. No, que va, que estaba muy bien narrada, y eso que la peli era en inglés con subtitulos en cristiano, con una puesta en escena muy sobria y una banda sonora de música medieval que flipabas. Como que me dió por la música medieval (además de enamorarme platónicamente de la Angelica Huston, que tampoco era la Claudia Schiffer, oyes, pero que la tía tenía su encanto) y andaba yo todo mosca, que aquí los discos de música medieval no se estilaban mucho por aquel entonces.



Recuerdo que fui a verla con Juanjo y Lourdes (invitaba él, para variar) y yo salí completamente alucinado del cine (además de enamorado platónicamente, que yo era un puñao romántico pero nada ñoño, que se puede ser rockero y romanticón, pero rockero y ñoño estaba muy mal visto por el personal) y es que me había producido, no se, como un desgarro interior de esos, y además me había molado un güevo. Y cuando la volví a ver al cabo de los años, que me moló igual, oyes, no como otras pelis que en su momento me gustaron y luego me parecieron un bodrío.

Esto me pasó con el "Love Story" de los c... , que yo era muy chinorri cuando la vi la primer vez y me pareció todo muy romántico y fetén (hasta que se muriera la protagonista al final, la pobre) y también me quedé flipando con la música, que al día siguiente me fuí despendolado a comprarme los "Conciertos de Brandemburgo" esos, y desde entonces me dió fuerte por la música barroca, y hasta ahora. Pero la volví a ver algunos años despues y alucinaba en colores de que me hubiera podido gustar alguna vez y no fui capaz de acabarla.

No como "Paseo por el amor y la muerte" que me sigue gustando aunque ya no me enamoro, ni platónicamente ni ná, de la Angelica Huston, que, por otro lado, es una pedazo de actriz, no como la Claudia Cardinale (que de esa también me enamoré aunque no tan platónicamente) pero tenía la tía menos registros que mi Panther, y al final las hormonas no lo son todo (¿o si?). Además, se me pasó pronto (lo del enamoramiento platónico de la Angelica Huston) que si las tías del barrio no me hacían ni caso, figurate tú la Angelica esa, que seguro que no sabía que yo era un rockero madrileño muy dabuten que me moría por sus huesos.

Por cierto que en el Youtube solo he encontrado dos vídeos de la peli, y uno, que es el que he puesto (porque me parecía el que mejor daría una idea de que iba la peli) sin subtítulos ni nada, lo que quiere decir que la baska no tiene ni puñetera idea de cine, que seguro que de "Los Albóndigas en remojo" hay muchos más. Así le va al planeta y a la civilización esta de las narices.

Lo de la música medieval, en cambio, no se me pasó tan pronto, y le dí la barrila al Quique que estaba bien realacionado con el mundillo de los libros raros sobre música, partituras y todo eso. Tal vez de allí surgiera con el tiempo nuestro "Tema medieval", o tal vez no, vete tú a saber, pero lo cierto es que además de reminiscencias de música barroca, también tuvimos n uestras inflñuencias de la música medieval (que al fianal algún disco pillamos) y hasta renacentista. (¡Lástima que las jodidas cintas no quieren aparecer!).

Aparcados

Aunque éramos chicos de barrio y nuestro barrio nos molaba un montón también nos gustaba frecuentar otros sitios de la ciudad en la que vivíamos. Uno de ellos era el Parque de la Fuente del Berro, que no estaba lejos del barrio y es uno de los más bonitos de Madrid. Aunque es pequeño es muy frondoso y tiene muchos ambientes distintos, fuentes, estanques, veredas, estatuas de próceres ilustres, riachuelos y hasta pavos reales paseándose tan frescos entre la gente (bueno al menos antes, espero que no hayan desaparecido).

Un sitio bastante idílico (que palabra tan cursi para un rockero) que solíamos frecuentar a menudo en cuanto llegaba el buen tiempo, o sea cuando dejaba de hacer mal tiempo, que en Madrid ya se sabe, no hay apenas transición entre el frío invierno y el tórrido verano, que es como si la primavera se escaquease y solo apareciera unos pocos días muy tímidamente. Bueno pues allá que nos íbamos tan campantes, solos o con la baska, a pasar un rato de asueto (nada, que hoy tengo la tarde cursi, que le vamos a hacer).

Así que nos aparcábamos en el Parque de la Fuente del Berro, que tampoco estaba lejos de otro de nuestros lugares favoritos, los pinares de La Elipa, que eran como un trozo de campo en medio de Madrid, y allí pasábamos la tarde charlando y jugando a los chinos (ya sabes, tres con la que saques) que es muy barato y entretenido. Nuestro sitio favorito para apalancarnos estaba casi al final del parque y era una plazoleta semicircular con una fuente de caño (que por aquella época en Madrid había muchas fuentes de caño y no solo en los parques y si tenías sed, te parabas y bebías, y el agua solía estar fresquita incluso en verano, no como ahora que no queda ni una y te toca entrar en un bar a aflojar la pasta) que es la que se ve a continuación:



No, la foto no es de la época sino que la he pillado de un blog que hay por ahí que recoge sitios interesantes de Madrid y que tiene un reportaje fotográfico muy guapo sobre este parque: http://conocemadrid.blogspot.com/2007/12/parque-fuente-el-berro.html, que al parecer sus aguas tienen propiedades mágicas y todo según se cuenta, y mira tú por donde que nosotros anda que no habremos bebido veces y el agua estaba rica, si, pero muy mágica tampoco es que nos pareciese. Que lo mágico es que el agua hubera sabido a birra bien fresquita, pero no, aunque también puede ser que se nos haya pasado por alto alguna de sus propiedades.

Bueno, como digo, el sitio molaba un puñao y hasta podías perderte por alguno de sus rincones menos transitados e imaginarte que estabas en otra época, que nosostros éramos muy de imaginar cosas como esas y aún otras más sofisticadas, pero es que el lugar se prestaba a la ensoñación y chaladuras similares y si no os lo creéis mirad esto:



¿Que no mola?. Lo único que faltaba es que apareciera por ahí un duende o un elfo de esos aunque aún no habíamos leído a Tolkin y "El Señor de los Anillos", pero un poco de culturilla habíamos cogido (sin exagerar, ¿eh?) y de duendes, hadas, elfos y trasgos andábamos algo enterados, que ser rockero no significa que tengas que ser un cazurro, oyes.

Tocar (con lo puesto)

Estos días que me estoy currando la cinta que me ha pasado Rulo en el ordenata no puedo menos que sonreírme (por no decir otra cosa) al acordarme de los fabulosos medios técnicos que teníamos a nuestra disposición. Se puede decir que tocábamos, sin ánimo de exagerar, con lo puesto. O sea, nada de virguerías tecnológicas. En parte, porque no había muchas y por otro lado debido al lamentable estado de nuestras finanzas (si es que se las puede llamar así).

¿Mesa de mezclas?, ¿mande?, no mesa de mezclas no teníamos, ni puñetera falta que nos hacía, pero en cambio teníamos un taburete dabuti, que parecía de barra de bar oyes, que venía a juego con mi teclado. ¡Toque ud. el maravilloso Panther de las narices y siéntese en este taburete tan majo como si fuera a tormarse un cubata!. ¿Monitores?, ¿eso que es eso?, los únicos monitores que conocíamos son los que nos habían dado, con desigual éxito (nulo en mi caso), clase de gimnasia en el colegio.

Pero ya no estábamos en el cole, que éramos unos tíos mayores que teníamos un grupo de rock y a trancas y barrancas habíamos conseguidos dos amplis, dos si, ¡menudo lujo!, uno para el bajo de Rulo y el otro para... todo lo demás. Que solo tenían cuarenta watios de potencia de esa pero a nosotros nos parecía una maravilla, después de que nuestro primer micro había sido, como ya he explicado, un auricular que mangamos de una cabina de teléfonos.

Más tarde, el padre de Salva (¡vaya!, ya hacía un tiempo que no salía el hombre, ¿eh?) nos pasó, no me acuerdo si por la cara o por un módico precio acorde a nuestras paupérrimas economías, una vieja etapa de potencia (nunca he sabido porqué diablos se le lllamaba así) con un güevo de controles y hasta se iluminaba cuando la encendías, que nos parecía el último berrido tecnológico.

Por si alguien no se lo cree puedo apoyar lo que digo en documentación gráfica, para que te enteres, como la foto que os pongo a continuación donde se puede apreciar con claridad el equipazo que teníamos allá por los comienzos de los 70, pero nosostros, ¡tan contentos!.



La foto de marras (si la quieres ver mejor, pincha que se amplía) es de la dichosa actuación con Darío (¿que no sabes de que va?, pues no lo voy a contar otra vez, así que o usas el buscador o te vas a quedar con las ganas, y basta de interrupciones, que se me va la olla), así que en esta no sale Quique, ni Salva tampoco, que solo se ve parte de su batería (pero el estaba detrás, ¡os lo juro!) y es que Salva tenía, como se ha podido comprobar hasta ahora, una especial habilidad para no salir en las fotos, que había que tomárselas a traición, y aún así miraba para otro lado el tío.

Son una maquina!

Eran una Máquina!. Una máquina de hacer rock y del bueno. La verdad es que se me había olvidado pero el oportuno comentario de Quique hizo que me acordara. Maquina!, claro, el grupo pionero de rock progresivo español que escuchábamos (para variar) en casa de Rulo allá por 1970. Así que me puse a buscar por Internet como un poseso (bueno, no tanto) a ver que es lo que encontraba.

¿Que que me encontré?. Se vende máquina para freír patatas, compre nuestra extraordinaria máquina cortacesped, una máquina convierte sangre de cualquier grupo sanguíneo en "0" (no es broma, debe ser un anuncio para vampiros con problemas de incompatibilidad con el RH, que por lo que se ve debe haber muchos), el fontanero es una máquina (ésta resultó ser una porno), máquina de soldadura, grupo electrógeno y máquina de yeso, y en este plan.

Finalmente, ¡lo encontré!, allí estaba, oyes, alguien sabía quienes eran Máquina!. ¡Vaya hombre!, la referencia estaba en un blog dedicado al Rock en Spanish que ya había chapado hace algún tiempo, y tampoco contaba demasiado del grupo, pero, en fin, aquí está, para que veáis que no me lo invento: http://rockenspanish.blogspot.com/2007/01/el-grupo-catalan-maquina-fue-una-de-las.html. ¡Un momento!, sigo buscando y por fin encuentro una reseña como es debido, y al parecer hasta se rejuntaron y todo y dieron un concierto en el 2005, ¿que no te lo crees?, pues mira esto, so list@: http://www.valladolidwebmusical.org/imprescindibles/smash_maquina.htm

Lo del Youtube ha sido más chungo, que he puesto Máquina! en el buscador y sale un porrón de la mierda esa de lo que llaman "música" maquina, que eso no es música ni na, sino ruido para descerebrados (que parece ser que abundan). ¿Que a tí te gusta la "Máquina total "esa?, que ya van por el 8, por lo menos, pues no se que haces en un blog de rock, tí@.

Anda, ¡por fin!, un video de Máquina!, pues nada que lo pongo ahora mismito, supongo que se verá (y oirá) porque en este preciso momento el Youtube se ha ido al garete (ya es casualidad) que te muestra los vídeos, pero no hay manera de reproducir ninguno. En fín allá va:




Grabaron un LP de estudio, "Why?" y un doble albúm en directo, cuando aquí a nadie se le ocurría hacer esas cosas, y luego se separaron en el 71, no se si por la puñetera mili, como les había pasado a otros antes, como a los Cheyenes o a los Salvajes, que te cortaba todo el rollo, como ya he expliado en otro sitio (¿donde?, usa el buscador de archivos y no seas vag@). Solo dos discos de unos auténticos pioneros.

Un desmadre (o más) lo tiene cualquiera

Desmadrarnos era algo que nos gustaba cantidad. Si no te desmadras de joven ya me contaréis cuando te vas a desmadrar. Así que nos desmadrábamos a menudo. Y había muchos tipos de desmadres y para casi todas las ocasiones. Desmadres diurnos, desmadres nocturnos y hasta vespertinos. Desmadres para unos pocos, desmadres con la baska para muchos. Y muchos sitios donde desmadrase, el parque, El Retiro, La Casa de Campo, la casa de Rulo, que tampoco era tan
difícil.

Cuando nos desmadrábamos tocando nos lo pasábamos especialmente bien. ¡Que desmadre!. Se trataba de tocar, de hacer música, pero también de desmadrarse un poco, que era muy divertido. Musicalmente hablando, desamadrase para nosotros equivalía a improvisar, pero en plan bien, que si no, hubiera sido un desmadre, pero de los otros. Si, que había desmadres guapos y otros que no tenían pies ni cabeza y eran chungos. O sea que había que desmadrase pero guapamente (¿me sigue alguien?), que si te desmadrabas a lo loco el resultado podía no ser tan guapo.



Cuando ensayábamos (cuando ensayábamos) a veces nos desmadrábamos al principio para calentar e ir pillando el rollo y luego ya nos poníamos a tocar en serio. No es que un desmadre no sea serio, bueno, en verdad no lo es, porque se trata precisamente de un desmadre, lo cual no significa que no toques bien, pero nada definido, por eso eran improvisaciones. Otras veces teníamos el día tonto, que a todos les puede pasar oyes, y no nos quedaban bien los temas y ¡nos desmadrábamos!.

En la cinta que me ha pasado Rulo hay algunos cuantos desmadres (improvisaciones) de esos. Y algunos no están mal, para ser un desmadre, claro, que no estoy hablando de la pieza cumbre de nuestra carrera musical, sino de desmadres. Como este que viene a continuación que es una improvisación, o sea un desmadre, durante un ensayo en el que estábamos especialmente "inspirados":


Es mucho más largo pero solo he puesto un trozo porque tampoco se trata de hacer una terapia de shock. Esta claro que es un desmadre ¿no? (una mezcla de blues psicodélico con ciertas, pero solo ciertas ¿eh? resonancias entre un Jimmy Hendrix muy pasao, el Syd Barret ese y los primeros Pink Floyd y un poquito del King Crimson con el Robert Fripp más loco) pero de eso se trataba precisamente de desmadrase algunas veces. Que también cuando te desmadras e improvisas se nota si sabes tocar o te estas tirando el pego. Bueno, como en todo desmadre hay partes mejores y peores, pero se trata de no perderse del todo y darle algún tipo de sentido a lo que estas haciendo, aunque sea un desmadre. Que si no, chungo.

Foto de grupo

Hoy Rulo me ha pasado un CD con fotos antiguas de MOH y una cinta con grabaciones antiguas, así que ¡esto marcha!, más material gráfico y sonoro para ilustrar la singular historia de la nube que vegeta. Las iré poniendo, poco a poco, eso si, que primero me las voy a currar con el photoshop ese, ya que algunas no tienen muy buena resolución pues se trata de fotos antiguas y sobre todo porque están hechas con una cámara mangurrina, que es lo que había, que la tecnología y, sobre todo nuestros bolsillos no daban para más.

Lo de la cinta va a ser más complicado. Primero hay que digitalizarla (no preocuparse que ya tengo el cachivache aunque aún no se muy bien como funciona, pero todo es ponerse, oyes), pasarla al ordenata (mi Mac, en este caso), editarla y equalizarla un poco, convertirla en formato "aif" o similar y luego en mp3. Total, un curro, así que despacito y con cuidado que lo que más miedo me da es que la cinta se escacharre, que las cisntas tienen mucha tendencia a escacharrase, y se vaya al carajo un documento sonoro de incalculable valor (por lo menos para nosotros).

Mientras, para que veáis que no me estoy tirando el moco os pongo esta foto de grupo, que es la primera que sale, que hasta ahora no había manera de pillar una foto con todo el grupo completo (de cuerpo entero, que los caretos solos de los cuatro si que han salido) y siempre faltaba alguien, pero en esta estamos todos y además también el equipo técnico.


MOH, tal como éramos

De izquierda a derecha, mi menda detrás del teclado, Juanito, nuestro hombre del camión y trasportista privado del grupo y su bártulos, Salva sentado encima de un amplificador, tras él Quique y Rulo, y finalmente Alberto, con los bongos, nuestro técnico de sonido por designación propia (y conformidad de todos). El atuendo es que era invierno y hacía un frió de c.... , y estamos posando ante la fachada de nuestro antiguo colegio a donde habíamos ido a dar un recital, que entonces lo de "concierto" todavía no se decía, bueno, si se decía pero se aplicaba únicamente a la música clásica.

Y lo nuestro no era precisamente música clásica, aunque ya empezábamos a tener un ramalazo sinfónico, que como se puede apreciar en la foto, no somos un cuarteto de cuerda sino un grupo de rock de garage, aunque la verdad es que no habíamos ensayado en un garage (en sótanos y otros sitios similares, si) en la vida. Bueno, pues grupo de sótano, si prefieres, en plan progresivo, experimental y psicodélico.

Estrella solitaria

Alguien me ha comentado que siempre cito influencias musicales extranjeras, como si aquí no se hiciera buen rock. No es una cuestión de capricho mío, oyes, la verdad es que no, no se hacía buen rock, al menos al principio, en los años en que arranca esta historia. ¿Que no te acuerdas cuando era eso?, ¡vaya hombre!, pues si que has estado atento al rollo que os estoy soltando. Más o menos hablamos de finales de los años sesenta y principio de los setenta. Y no, no se hacía buen rock por aquí, salvo algunas pocas, pero que muy pocas excepciones.

Los años gloriosos de grupos como "Los Salvajes", que eran muy versioneros de los Rolling Stones pero sonaban francamente bien, o "Los Cheyenes" una banda de garaje y de sonido duro que llevaban unas melenas que eran una pasada para la época, ya habían pasado y además nos habían pillado muy chinorris. ¿Los Brincos, Sirex, Mustang y Bravos?, ¡ah!, esos hacían pop y no rock. Y el pop de aquí siempre ha sido un poco blandito y bastante horterilla. Lo demás, música comercial y pachangera.

Pese a todo, había algunas excepciones y una era "Lone Star", un magnífico grupo que tuvo un par de éxitos comerciales y sin embargo, a lo mejor por eso solo había tenido un par de éxitos comerciales -que aquí aún éramos muy raritos y muy "Spain is diferent" (¡y tanto que era "diferent!, muy a pesar nuestro)- tenía un repertorio rockero realmente bueno y con muchos temas propios.





Este (el de arriba) fue su tema más famoso, pero también hacían otras cosas como estas:




Los tipos de la Estrella Solitaria, que además habían tenido las narices de ponerse el nombre en inglés, lo que aquí no se llevaba nada, eran además grandes músicos, lo que no siempre es imprescindible para tocar en una banda de rock. Aún recuerdo lo pasmados que nos quedamos un día que los vimos tocar en un programa de la tele que no era el consabido "Escala en Hifi!, no, que ahí solo salían los éxitos del momento, sino otro que me parece que se llamaba algo así como "Música 3" y ¡tocaban jazz!", los tíos, con instrumentos acústicos además: batería, contrabajo, piano y vibráfono. ¡Que flipe!.

Desde entonces siempre que he podido he intentado hacerme con sus discos, lo que he consguido solo a medias, que disco solo tengo uno de un concierto grabado en directo que es genial, que aquí lo de grabar discos en directo tampoco es que se haya llevado mucho, vete tú a saber porqué, y algunas cintas de casete (que ahora mismo voy a ripear con un artilugio muy moderno que me he pillado) compradas en los lugares más insólitos y a precios irrisorios, de saldo vamos, una alegría para mi pero una pena para un grupo como este. ¡Que país!.

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