English French German Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified
this widget by www.AllBlogTools.com

Un verano entre huertos... (Terminando)

Vamos a ir terminando este relato del verano del 75, que si nos seguimos enrollando (que somos muy dados a enrollarnos, no os vayáis a creer) nos podemos tirar meses con el asunto y tampoco se trata de eso. Resumiendo que es gerundio (la verdad es que nunca hemos terminado de entender esta expresión, pues claro que es gerundio, y ¿que?, ¿a quién demonios le importa si es gerundio o pasado pluscuamperfecto, que infinitivo desde luego no es): hubo de todo y para todos los gustos. Un día, por ejemplo, nos fuimos bien pertrechados de sendos cubos de metal a las viñas de la familia de Salva que caían por allí cerca. Cuando llegamos, los llenamos de uvas recien recogiditas (por nosotros) de sus cepas y nos las zampaños tan ricamente, ¡los dos cubos! (bueno, los cubos no, las uvas que iban dentro). Resultado: estaban buenísimas, pero pillamos una cagalera de espanto. Otro día, despues de llegar al pueblo tras andar un buen trecho a buen ritmo, nos fuimos de cabeza a la horchatería del lugar y nos pimplamos tan ricamente un litro de horchata helada cada uno. Es que hacía mucho calor y sudábamos como posesos. Resultado: otra cagalera de espanto y menos mal que no le dio por cortársenos la digestión (cosa improbable por otra parte ya que no habíamos zampado nada antes). ¡Y van dos cagaleras!. Tranquilos que no hay más.

Una noche se desató una tormenta de verano de esas que hacen época y estuvo lloviendo en plan furioso un rato bien largo, como si se tratara del mismísimo Diluvio Universal ese. Ya estábamos pensando construir un arca cuando por fin escampó, así que salimos de la casa (que nos había servido de refugio ante el furor de los elemtos desatados) bien pertechados de nuestras linternas y de los cubos de marras a pillar caracoles. ¡Los había a millares!, así que llenamos los cubos y al día siguiente nos fuimos con ellos (de nuevo un buen trecho a buen paso, que caminatas nos dimos unas cuantas aquel verano) para llevárselos a la madre de Salva, que por lo visto, según nos había dicho (Salva) los preparaba de forma exquisita. Pero llegaron todos medio muertos (los caracoles) y espachurrados (los caracoles también) así que la buena mujer decidió que era mejor tirarlos que otra cosa. Y así, con estas singulares ocupaciones, se fueron pasando los días, tocando también la guitarrita y escuchando musikeli, hasta que llegó el momento de volver para el barrio. ¡Se acabó lo que se daba!. Lo habíamos pasado dabuti, pero el verano (aquel verano que nunca olvidaremos entre huertos, viñedos y naranjos) llegaba a su fin (íbamos a poner "término", pero nos pareció muy de pijos) y había que volver a ocuparse en las cosas que nos tenían ocupados el resto del año. Pero eso ya lo iremos contando según toque.

Molan un puñao

No todo era rock progresivo y sinfónico (lo de la psicodélia se iba quedando atrás por lo menos en la música). También nos gustaban otros tipos de rock (y hasta otras músicas que no fueran rock´n roll) y uno de los grupos que nos molaba mogollón eran los WHO, que siempre nos habían parecido una auténtica pasada de buenos que eran. Así que para celebrarlo os invitamos hoy a recordarlos con este pedazo de vídeo de su actuación en el Festival (entonces se llamaban así, ¡que cosas!) de la Isla de Wight (que fue uno de los primeros macroconciertos que se hicieron) y en el que interpretan nada menos que "Pinball Wizard" de su genial "Tommy".




El vídeo es cortito y el Roger Daltry esta un pelo afónico de tanto desgañitarse (que a veces ocurre, oyes), pero ¡suenan realmente bien en directo!.

Preguntas sin respuesta

Son esas que nos crean una gran zozobra, un profundo desasosiego, una negra incertidumbre, que son un mal rollo, vamos (es una expresión, porque ir, lo que se dice ir, no vamos a ir a ninguna parte de momento, por lo menos hasta que acabemos esta entrada, que luego ya se verá). Una de las más inquietantes es la de "¿Quién te puso Nicanora?", verdadero enigma donde los haya, ya que la preguntita en cuestión se viene repitiendo desde épocas remotas sin que se haya encontrado aún una respuesta satisfactoria. Eso, ¿quien le puso Nicanora?, a ver, que salga inmediatamente o al menos que levante la mano (y si es muy vergonzos@ que tosa o se rasque la nariz, por ejemplo), que no es plan que sigamos sin saberlo con la que está cayendo. Y ¿porqué Nicanora?, vamos a ver, que ya hay que tener mala leche para ponerle a alguien Nicanor (que es el que toca el tambor) y aún más Nicanora (que aquí ya no sabemos que es lo que toca, o si toca algo la pobre).

En fín, si alguién sabe la respuesta que nos la diga, que esto es un sinvivir, oyes. Pero hay más preguntas sin respuetas (o con respuestas tontas, que viene a ser lo mismo). Por ejemplo, "¿Por qué hay gente que despierta a otros para preguntar si estaban durmiendo?", bueno, esta no es tan dificil, la verdad sea dicha (o escrita, en este caso). La razón, sin el menor atisbo ni asomo de duda, es porque son imbéciles (que si no no preguntarían a alguien que está dormido si duerme y mejor harían dejándolo dormir, y si tienen que despertarlo sin más remedio por aquello de darle algún recado la pregunta sobra igualmente), que esto de los imbéciles abunda mucho ultimamente y va camino de convertirse en plaga. ¿Y esta, eh?, a ver si sabeis la respuesta de esta: "¿Por qué si Tarzán vive en la selva, siempre estaba bien afeitado?", ¿eh?, que muchas visitas de la city no es que tuviera pensado recibir el hombre, aunque si estamos al tanto de todas las peliculas que ha hecho, resulta que le estaban visitando (por una u otra razón o motivo) continuamente, que había un trasiego que no veas y que más que selva aquello parece Trafalgar Square. Pues eso.

P.D. ¿Que que tiene todo esto que ver con nuestra historia?. Pues, absolutamente nada, pero pensamos que no os daríais cuenta.

Un verano entre huertos... (Sobresalto nocturno)

Allí que estábamos tan tranquilamente, Salva, Rulo y mi menda lerenda en pleno campiri (bueno, más bien, en medio de huertos y viñedos, que es una especie de campo domesticado, por decirlo de algún modo, pero se parece más al campo que a otra cosa ¿no?) pasándolo dabuti con la guitarrita y el casete que nos habíamos llevado (que podíamos estar en medio de un bosque de abedules -que no era el caso- pero no podía faltar la guitarrita ni el casete para hacer y oir musica, oyes, que era como una manía que teníamos y no nos la podíamos quitar, ni nos daba la real gana), totalmente a nuestra bola (que es como a "nuestro aire" pero más a lo bestiajo), sin horarios, ni nada que nos metiera prisa, ni plastas, ni ningún otro tipo de rollo chungo, lejos del asfalto y del ruido de los coches, como buenos jipis de barrio periférico que éramos (además de rockeros progresivos y tal).

Así que todo esta muy tranquilito hasta que una de las primeras noches nos llevamos un susto de espanto (íbamos a poner "morrocotudo", pero que nos sonaba como cursi y un tanto barroco). Allí que estábamos sobando los tres tan ricamente cuando de pronto nos sobresaltó un ruido como de estruendo (mejor dicho, nos sobresaltó directamente un estruendo). Nos despertamos asustados y echamos mano de los cuchillos y navajas que habíamos llevado (mayormente para cortar el salchichón, que era parte fundamental de nuestra dieta diaria, pero también como posible defensa ante el hipotético ataque de alguna alimaña o bestia corrupia de esas, aunque muchas no vimos, la verdad). Plantada en el umbral de la puerta estaba la silueta de un tipo con sombrero y una escopeta en la mano (¡ah!, no, él con escopeta y nosotros con navajas y cuchillos, no nos molaba nada y era una clara desventaja a su favor). De pronto dijo algo así (pero en valenciano) como "¿Quién coño sois vosotros y que cojones estáis haciendo aquí?", sin dejr de apuntarnos con la escopeta y también con una linterna que llevaba (que si no, ¡y un carajo iba a vernos visto!).

Resulta que el tipo era guardía de caza o algo parecido (que por allí mucha caza no es que se viera, pero tampoco podemos llamarle guadia forestal, porque tampoco había ningún bosque y el único árbol cercano era el algarrobo que estaba cerca de la casa, así que le llameremos "guadían del terruño", ¿vale?), pasaba por allí de ronda o algo de eso y se fijó que la puerta estaba cerrada lo que le infundió poderosas sospechas de que allí pasaba algo raro. La puerta estaba cerrada, porque nosotros le habíamos puesto un candado por dentro y otro por fuera, y cada noche la cerrábamos al irnos a dormir (no vaya a venir el Coco a devorarnos) como elemental precaución, igual que la cerrábamos por fuera cuando nos alejábamos un rato (no fueran a mangarnos el salchichón). Curiosa la manera de pensar del tipo aquel. Se mosqueó porque la puerta estaba cerrada en vez de abierta y decidió tirarla de una patada, que fue lo que provocó el estruendo que nos había despertado. ¡Esta visto que hay gente para todo!, hasta para encontar un motivo para tirar de una patada una puerta en el campo en medio de la noche. Finalmente se aclaró la cosa. Salva le explicó quienes éramos y que hacíamos allí (sobar, mayormente) y como por lo visto conocía a  su familia, se disculpó y se marchó dejándonos la puerta desvancijada que tuvimos que arreglar al día siguiente.

Woman Blue

Aunque éramos una banda (como se dice ahora, que por aquel entonces "banda" tenía otras connotaciones, algunas chungas, como "banda de pillos" o "banda de zarrapastrosos") de rock progresivo y sinfónico, nos iba el blues cantidad, como ya hemos contado en otras ocasiones. Ya iba siendo hora de poneros algo de una de las mejores, y peor conocidas (por lo menos aquí) voces femeninas del blues. Se trata de la incomparable Judy Roderick y su magnífico "Woman blue", un album realmente bueno de blues acústico (aunque algo de guitarrita eléctrica también hay de vez en cuando) con buenísimas versiones de los clásicos del blues. Se trataba de uno de nuestros primeros discos favoritos que llegamos a escuchar un un porrón de veces y que habíamos conseguido de pura casualidad sin saber muy bien de que se trataba al principio. Hasta que lo escuchamos y flipamos. En el vídeo de aquí abajo se recogen algunas de las canciones de este disco, ya mítico, que aún tengo guardadito a buen recaudo.



Como ya os habréis coscado (l@s que hayáis escuchado el vídeo, que sino es dificil) se trata de un foto montaje de la artista sobre su música con diferentas imágenes de su vida (murió en 1992). Pero ya es algo, que hace unos meses era imposible encontrar vídeos con su música en el YouTube ese. Este esta hecho por un sobrino suyo y se le nota el cariño.

Tampoco es tan chungo (Septiembre)

Nada, que acabamos de volver de las vacaciones y nos hemos topado con un mogollón de peña que anda por ahí cabizbaja y meditabunda (y un poco depre) con el rollo ese de que se ha acabado el mes de agosto y ahora estamos en septiembre, que por lo visto es un mes chungo, mira tu por donde, que nos acabamos de enterar. ¡Echa el freno Magdaleno! (podríamos haber puesto "Magdalena" o Magdalen@" para que no nos acusen de machistas y carpetovetónicos, pero es que entonces no rima y pierde toda su gracia, si es que la tiene, que tampoco es que estemos muy seguros), ¿porqué va a ser chungo septiembre?. Para empezar, que sepamos, aún no se ha terminado el verano aunque hayamos empezado a currar otra vez, que el verano se acaba en el Equinocio de Otoño, como quien no quiere la cosa (mejor dicho, que aunque no quieras que se acabe, se va a acabar, pero todavía no, que aún quedan unas semanas, así que aprovéchalas y no te lamentes tanto) y aunque cada vez está más cerca pues que todavía no ha llegado (el Equinocio ese, que por lo visto es cosa del Sol que anda por ahí dando la tabarra, con que si me acerco, que si me alejo y en este plan), aunque llegar, llegará, que lo chungo sería que no llegara que entonces si que habría que pillarse un mosqueo muy grande.



A mi menda lerenda, por ejemplo, mas chungo le parece agosto y no septiembre, que siempre me ha parecido un mes muy crepuscular, oyes, aunque no estoy muy seguro de lo que significa. Y un peñazo de mes, que, por lo menos antes, estába todo cerrado y no podias ir a ningún sitio a no ser que estuvieras en el chiringuito de la playa haciendo el hortera rodeado de olor a fritanga (que tampoco es que sea un plan muy dabuti), o descansando en el pueblo (el que lo tuviera, que no era mi caso), o de marcha por Londres o Amsterdam, lo que era todavía más raro. Asi que me quedaba en agosto en el barrio, más aburrido que una ostra, esperando que llegara septiembre, que es cuando volvía todo el mundo que se había ido al pueblo o a la playita y abrían los cines y los baretos otra vez. ¡Mola septiembre un puñao!, que además es mes de fiestas, y en eso el barrio no era excepción, que las fiestas del barrio eran en septiembre y no hay que olvidar que nosostros empezamos tocando en ellas.

¡Compártelo!