English French German Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified
this widget by www.AllBlogTools.com

Haciendo el canelo

No es que nos fuera mucho el rollo, pero las circunstancias a menudo nos forzaban a ello. ¿Como puede una banda de rock subsistir sin ensayar ni actuar en directo?. Conseguir un local para ensayar era bastante complicado, y si tenía que ser gratis o muy baratito (dado el más que lamentable estado de nuestras finanzas), entonces era misión imposible. Todos los locales que habíamos tenido hasta entonces nos habían salido por la cara, la jeró o el morro. Vamos que no nos habían costado un duro y al parecer eso se había terminado para siempre. Eso es lo que parecía desde hacía ya algún tiempo. Lo peor era el estado ruinoso de nuestra economía. Éramos estudiantes, ya se sabe, y aunque Rulo fue el primero que encontró un curro,  que compaginaba con sus estudios en la Escuela de Artes aplicadas y Oficios artísticos (eso cuando iba a clase y no nos quedábamos en su casa oyendo música), y Quique tenía el puesto de la Cuesta de Moyano, Salva y yo éramos unos auténticos indigentes, con solo las pelas que nos daban en casa que no alcanzaban para grandes (ni pequelos) lujos. Como para pagar un local de ensayo (que, además, es que no había). Pues nada, no se ensayaba. ¿Y que es lo que hacíamos?: el canelo.

Tocar por ahí sin ensayar tampoco era un plan muy atractivo, aunque alguna vez lo habíamos hecho de pura y plena desesperación, pero cada vez éramos más conscientes de nuestras limitaciones y no nos apetecía hacer el ridículo en público. Con diecesiete o dieciocho años, vale, pero con veinte, veintiuno o ventidós las cosas las veíamos de otra manera. Había que ensayar, cuanto más mejor, a pesar de nuestro amor por las improvisaciones. Nada de hacer el indio (de la tribu que fuera) en directo, se trataba de dar un conciertazo, y si no se podía era mejor no darlo. Compás de espera. Lo malo es que la espera se estaba volviendo demasiado larga. Después de dos años Salva había terminado la puñetera mili, pero seguíamos sin poder tocar. Porque no podíamos ensayar. Porque no había locales de ensayo y si había alguno no teníamos un duro para pagarlo. Pese a todo, seguíamos considerándonos una banda (grupo, decíamos entonces) de rock y aún no habíamos tirado la toalla, por dificil que estuvieran las cosas. Pero, mientras tanto, seguíamos haciendo el canelo.

No hay comentarios:

¡Compártelo!