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Nuevos amigos

El resultado más visible de mi nueva vida de estudiante universitario es que hice un porrón de amigos. Estaba claro que había que tomarse las cosas en serio (tras mis dos años iniciales de estudiante pendón y un tercero de acercarme a medias a la realidad) o dejarlo. Cualquier otra cosa habría sido perder el tiempo y nunca he sido de perder mucho el tiempo salvo en lo que a mi me diera la gana. No era el caso y es que además estaba empezando agustarme en serio la cosa y hasta estudiaba y todo, que para los primeros exámenes trimestrales me habia encerrado dos semanas en casa, como si tal cosa, para poder prepararlos a conciencia con la orden expresa a la basca de que no me llamaran (lo que por supuesto no respetaron) y conseguí sacar buenas notas. ¿Me había vuelto un empollón?. Pues no, nunca he sido un empollón, ni entonces ni luego, sino que había algunas asignaturas que me gustaban y no me costaba estudiar (incluso de lo lindo) y en las que me gustaban menos o no me gustaban nada, pues me aguantaba y las estudiaba igual. Bueno, igual no, pero las estudiaba.

Asi que estaba bastante bien integrado en mi nueva clase y no me costo hacer nuevos amigos. También dejé de ver a algunos antiguos, como a Domingo, que finalmente dejó la uni, se casó (estuve en la boda y era a la segunda a la que asistía) y creo que se puso e currar en el bar de su padre. Una pena, lo habíamos pasado muy bien juntos los tres años anteriores, pero así es la vida. Dejé de verle y perdí el contacto. A cambio, como decía, hice muchos amigos nuevos, algunos aún lo son y nos vemos a menudo (incluso curran conmigo en el mismo sitio). Jose Antonio, por ejemplo, que vivía en Villalaba y tardaba menos en llegar a clase que yo desde el barrio (¡que cosas!), Carmen, Carlos, Jaime, Jorge, Enrique, Angel, Esperanza, Paloma, Elena y otros muchos de los que no he vuelto a saber nada. Lo cierto es que me movía en varios círculos sin problemas. Era bien aceptado por los rojeras y anarcoides y a veces me iba con ellos. También era bien aceptado entre los que sacaban las mejores notas, no en vano yo habia sacado la nota más alta de toda la clase en una asignatura en los últimos exámenes. Y también me iba con ellos en ocasiones.

Cada vez pasaba más tiempo en la uni, o con gente de la uni, que no todo era estudiar, oyes, que también echábamos nuestras partidas de cartas en la cafeteria y nos íbamos a los cineclubs, como el de Caminos, que estaba al lado, o a los teatros independientes, o de baretos por Moncloa o Cuatro Caminos (a mi me gustaba más esta última zona). El Bola y Juan (que como recordarán los asiduos estudiaban derecho) también se venían algunas veces (que en nuestra Facultad había mucha más marcha que en la suya, y más tías buenas - bueno, más tías en general- que no había color ni comparación posible). Asi que durante la semana estaba bastante ocupado y volvía al barrio para cenar. Luego una vuelta con la basca, que solía aprovechar para darles bien la matraca con lo que más me había gustado aquel día en en aula, y a casita a dormir, que ya no me fumaba (en ninguno de los sentidos) las clases y hasta me apetecía ir a la uni. Y los fines de semana sí, estaba con mi gente en el barrio o a donde nos diera por ir, pero los solíamos pasar juntos. Y por supuesto no me olvidaba de que tenía una banda de rock. ¡Ya llegarían tiempos mejores!.

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