English French German Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified
this widget by www.AllBlogTools.com

Tal que un día como este...

...solo que hace una porrada de años, nos enteramos de repente de que en Portugal había caído la dictadura, gracias a la revolución incruenta de algunos militares con todo el apoyo de la gente. Había pasado un año de aquello, y aquí seguíamos con la msima caspa y la misma mierda (por decirlo finamente) de dictadura, que no íbamos a tener tanta suerte como los vecinos portugueses y todo el mundo daba por sentado que habría que esperar a que la diñara el Momia, (o su Excremencia el Funeralísimo, como también se le conocía en algunos cículos) que ya había estado muy malito el verano pasado, pero daba toda la sensación de que la cosa iba para largo. Así que durante aquel año, aumentaron de forma generalizada las ganas de que la palmara de una puñetera vez (y el que diga lo contrario o es tonto o es facha, o las dos cosas a la vez, que también pudiera ser, oyes, que hay gente que no se priva de nada) como aumentaron de forma muy sospechosa los viajes al vecino país de jóvenes que querían disfrutar por primera vez en su propia piel de la libertad que aquí no teníamos, más allá de un viaje ocasional a Londres o a Amsterdam que, la verdad, habían hecho muy pocos (nosotros no, por ejemplo).

Y empezó a difundirde un rumor de que si eras joven, te marchabas de viaje a Portugal y llevabas determinada pinta (la que, por otra parte, llevaban todos los que no eran pijos) la Guardía Cerril (que es como les llamábamos algunos por aquel entonces a los aceitunos, más conocidos también como picoletos) te iba a fichar en la frontera y ya serías eternamente sospechoso de hacer cosas pero que muy malas y te podía pasar entoavía algo peor. ¡Yavestruz!, como si no estuviéramos todos más que fichados y vigilados permanentemente en aquella especie de campo de concentración que era este país. ¿Algo peor?, como no nos obligaran a escuchar copla todo el rato... En la uni estaban, por ejemplo, los de la político-social (la brigada), que se hacían pasar por estudiantes, pero no colaba porque apestaban desde lejos a pasma de puro torpes que eran. Y también había informadores civiles, o chotas, como aquel que paraba en el Par-Dos y se nos acercaba disimuladamente cada vez que nos reuníamos, y nosotros le bacilábamos siseando cosas ininteligibles (vaya palabro este también) para que azuzara bien la oreja y el muy capullo, claro está, no se enteraba de nada. Teníamos un amigo cuyo padre era comisario de Policia y una vez nos dijo que todos, absolutamente todos, aunque aún no habíamos hecho nada, estábamos ya fichados y éramos sospechosos. ¡Como para no ir a Portugal!.

No hay comentarios:

¡Compártelo!