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El mini de Quique

Por aquella época Quique se había pillado (vamos, que le había dejando alguién, creo que un amigo de Carmelo) un mini que era una pasada. Me refiero al coche, no al litro de cerveza que servían en algunos baretos en un vaso gigante y al que llamaban de igual forma (aunque de esos también nos hemos tomado algunos cuantos). Se trataba de un mini ranchera, igualito, hasta en el color también (que ya es casualidad, que por un momento me he quedado pensando si no será el mismo), al que podéis ver en la foto de aquí abajo, y además de que era un puñao fardón (y que teníamos coche por la cara) y que lo dejabas tirado en cualquier parte (aunque entonces lo de aparcar nodavía no era el muermo que fue luego), también resultaba tela de práctico porque cabía mogollón de baska.

Así que durante el tiempo que lo tuvo, que fue como medio año o casi (o tal vez un poco más o tal vez un poco menos) lo usábamos a menudo y muy frecuentemente para nuestros desplazamientos o, simplemente, para darnos un garbeo en el cacharro (que siempre nos molaba eso de darnos un garbeo en el buga de alguién) y lo cierto es que cabíamos hasta ocho mendas de tamaño medio eso si, que ninguno estabamos hecho un Demis Roussos (ni nos acercábamos) que éramos en general, salvo yo y el Bola, de complexión más bien esmirriada, sobre todo Quique y Salva, que de puro delgados se podía decir que no les faltaba mucho para estar en los huesos.

Total que nos metíamos, como digo, siete u ocho en el mini ranchera del Quique, a saber, él, que era el que lo conducía, Mª Carmen (que era su novia) Rulo, Salva, Emeterio, el primo de Rulo (que también estaba hecho un tirillas), el Bola (que era todo lo contrario de un tirillas) mi menda (que estaba en un término medio) y todavía cabía alguién más, por poner un ejemplo, oyes, que tampoco es que la aliniación fuera fija, sino que admitía sus variantes.

Además, creo recordar que tenía casete o radio (que ahora no me acuerdo muy bien) y todo (así que podíamos ir flipando con la música) y, como no, que para eso era inglés de procedencia el cacharro, el volante situado justo en el lado contrario (que hay que ver la manía que tienen los ingleses de hacer todas las cosas al revés que el resto del mundo, aunque una vez me dijo un amigo inglés que éramos el resto del mundo los que hacíamos las cosas al revés) que todos los demás coches en los que nos habíamos subido (que tampoco es que fueran tantos, para ya sabíamos como era un buga por dentro) y que lejos de resultar un inconveniente o un estorbo para Quique, se le daba muy dabuti eso de conducir por el lado en que no vés a quién coño tienes a tu izquierda, y lo que hacía, en ocasiones, como el trasto era pequeño, era sacar medio cuerpo por la ventanilla y estirarse un poco y ya tenía un plano general de la situación.

La verdad es que llamaba bastante la atención, que muchos coches como ese no se habían visto en este país por aquellas fechas, pero lo que más llamaba la atención de todo, es cuando nos parábamos en un sitio y empezábamos a bajarnos de él, uno tras otro, todos los que íbamos dentro (que hay que ver lo amplio que puede resultar un trasto así, aunque cuando pasábamos,al lado de un autobus o un camión lo más que le veíamos eran las ruedas) así hasta siete u ocho, que la gente flipaba cantidad y se quedaban mirando, que no se podían imaginar como cabíamos tanta baska en un cacharo tan pequeño, lo que aprovechábamos para bacilar un rato, que en eso de bacilar ya llevábamos algunos años y no se nos daba mal.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

¿Eh?, ¿Quiere decir que soís muy feos?
Hombre, tampoco es para tanto

Eshmun dijo...

Pues no parece un comentario, la verdad. Ya que comenta, que comente algo (en fin, si no es mucha molestia)

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