English French German Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified
this widget by www.AllBlogTools.com

Aparcados

Aunque éramos chicos de barrio y nuestro barrio nos molaba un montón también nos gustaba frecuentar otros sitios de la ciudad en la que vivíamos. Uno de ellos era el Parque de la Fuente del Berro, que no estaba lejos del barrio y es uno de los más bonitos de Madrid. Aunque es pequeño es muy frondoso y tiene muchos ambientes distintos, fuentes, estanques, veredas, estatuas de próceres ilustres, riachuelos y hasta pavos reales paseándose tan frescos entre la gente (bueno al menos antes, espero que no hayan desaparecido).

Un sitio bastante idílico (que palabra tan cursi para un rockero) que solíamos frecuentar a menudo en cuanto llegaba el buen tiempo, o sea cuando dejaba de hacer mal tiempo, que en Madrid ya se sabe, no hay apenas transición entre el frío invierno y el tórrido verano, que es como si la primavera se escaquease y solo apareciera unos pocos días muy tímidamente. Bueno pues allá que nos íbamos tan campantes, solos o con la baska, a pasar un rato de asueto (nada, que hoy tengo la tarde cursi, que le vamos a hacer).

Así que nos aparcábamos en el Parque de la Fuente del Berro, que tampoco estaba lejos de otro de nuestros lugares favoritos, los pinares de La Elipa, que eran como un trozo de campo en medio de Madrid, y allí pasábamos la tarde charlando y jugando a los chinos (ya sabes, tres con la que saques) que es muy barato y entretenido. Nuestro sitio favorito para apalancarnos estaba casi al final del parque y era una plazoleta semicircular con una fuente de caño (que por aquella época en Madrid había muchas fuentes de caño y no solo en los parques y si tenías sed, te parabas y bebías, y el agua solía estar fresquita incluso en verano, no como ahora que no queda ni una y te toca entrar en un bar a aflojar la pasta) que es la que se ve a continuación:



No, la foto no es de la época sino que la he pillado de un blog que hay por ahí que recoge sitios interesantes de Madrid y que tiene un reportaje fotográfico muy guapo sobre este parque: http://conocemadrid.blogspot.com/2007/12/parque-fuente-el-berro.html, que al parecer sus aguas tienen propiedades mágicas y todo según se cuenta, y mira tú por donde que nosotros anda que no habremos bebido veces y el agua estaba rica, si, pero muy mágica tampoco es que nos pareciese. Que lo mágico es que el agua hubera sabido a birra bien fresquita, pero no, aunque también puede ser que se nos haya pasado por alto alguna de sus propiedades.

Bueno, como digo, el sitio molaba un puñao y hasta podías perderte por alguno de sus rincones menos transitados e imaginarte que estabas en otra época, que nosostros éramos muy de imaginar cosas como esas y aún otras más sofisticadas, pero es que el lugar se prestaba a la ensoñación y chaladuras similares y si no os lo creéis mirad esto:



¿Que no mola?. Lo único que faltaba es que apareciera por ahí un duende o un elfo de esos aunque aún no habíamos leído a Tolkin y "El Señor de los Anillos", pero un poco de culturilla habíamos cogido (sin exagerar, ¿eh?) y de duendes, hadas, elfos y trasgos andábamos algo enterados, que ser rockero no significa que tengas que ser un cazurro, oyes.

No hay comentarios:

¡Compártelo!