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Las chicas

Los cuatro inseparables teníamos un grupo de amigos. La baska. Algunos procedían de nuestra época escolar y se distanciaron cuando nos volvimos psicodélicos con todo lo que aquello implicaba. Otros, como el Bola - es curioso, si te para a pensarlo casi siempre hay un Bola en todas las pandas- permanecieron leales. También teníamos grupis. Nuestras primeras amigas del barrio, que cuando cumplieron los quince nos plantaron y se marcharon con los del barrio de Bami, que eran mayores y ya eran hippies profesos. Nuestra mejor amiga, Cristina, había vuelto a su pueblo y durante un tiempo no volvimos a saber de ella. Así que nos quedamos sin tías. Bueno, luego conocimos a algunas en el coro de la parroquía y Quique se echó allí una novia, Mª Carmen. Salva conoció a Pilar, una tía más maja que las pesetas, en una academia de idiomas y fueron novios durante mucho tiempo. El Rulo picaba de aquí y de allá y de vez en cuando se cogía unos desengaños y unas curdas espantosas. Bueno, tampoco tantas.

Pilar y Salva (en el centro) Rulo (derecha) y Toni (izquierda)

Yo, por mi parte era muy enamoradizo pero de una timidez enfermiza. Así que no me comía una rosca. Quique estaba encantado, pues decía que cada vez que me colaba por un tía componía tres o cuatro canciones. Había una francesita en el barrio que se llamaba Christine que me traía loco, pero yo, claro, era incapaz de decirle nada. Eso si, le compuse uno de mis mejores temas "Ma belle Christine" con letra en ingles y todo y combinación de partes lentas con otras rápidas. Lo cierto es que no se como pasó, pero un día nos invitaron a una fiesta, no nos gustaba el término guateque, que daba en su casa. Fui, claro, pero me quedé como un jilipollas toda la tarde al lado del tocadiscos haciendo de pincha y, por supuesto, no me comí un sazi. Creo que ni siquiera llegue a bailar con ella. Claro que me desquité poco después cuando en las fiestas del barrio interpretamos en la plazoleta su canción. Creo que me miraba embelesada, o a lo mejor me lo pareció a mi, pues desde la tarima no se distinguía muy bien al público. En cualquier caso, la cosa, como era en mi previsible, no fue a más.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, tito, pareces una caja de sorpresas insaciable. Gracias.

Eshmun dijo...

¿Te ha molado?, me alegro.

Anónimo dijo...
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